La mayoría de los pacientes que asisten a esas consultas de forma más frecuente carecen de seguro médico y un alto por ciento de ellos son hispanohablantes, añadió Radio Canadá Internacional, basado en fuentes médicas.
«Cuando llegué hace tres o cuatro años a la clínica de Montreal Sidep (Servicios integrados de prevención de esas infecciones) atendía a un cliente hispanohablante a la semana y hoy me paso el día hablando español, declaró a la radioemisora el enfermero especializado Rodrigo Díaz.
Los perfiles de la clientela son diversos y fluctúan entre estudiantes internacionales, trabajadores temporales, visitantes y solicitantes de asilo, el grueso de ellos sin protección de fondos médicos, precisó el también miembro del organismo local comunitario RÉZO para prevención y educación sexual.
Muchos de ellos fueron diagnosticados con VIH o recibieron evaluaciones de infecciones de transmisión sexual en Sidep, una de las pocas clínicas que ofrece servicios gratuitos a personas sin ninguna tarjeta de seguro público de salud, explicó el enfermero.
«En muchos países –recuerda Díaz- hay tabúes sobre la sexualidad, pero también sobre la transexualidad, la homosexualidad y otras diversidades. No hay educación sobre el tema, nunca se hacen pruebas médicas y llegan a nuestra clínica con todo: gonorrea, clamidia, sífilis, VIH y a veces hasta con hepatitis C”.
El mismo fenómeno se observa en Toronto la ciudad más grande de Canadá, asegura, por su parte, el venezolano-canadiense Ower Oberto, trabajador social de la People Living with HIV Foundation de esa urbe.
«La cantidad de casos se multiplicó y es obvio que estamos desbordados. Algunos como los seropositivos tienen necesidades muy cruciales, pero también otros necesitan ser derivados a organismos diferentes, pues son vulnerables y necesitan información sobre solicitudes de asilo”, informó el activista de la salud.
Oberto relata que en el verano de este 2023, el 60 por ciento de los pacientes con los que tuvo contacto eran de origen latinoamericano, la mayoría mexicanos, y el resto procedía de África, el Caribe y Ucrania.
Fuentes oficiales reconocen que en todo Canadá se registran necesidades específicas de atención a personas del sector Lgbtq (lesbianas, gay, bisexual, transgénero y queer) entre inmigrantes de otros países.
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