Con la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona de los católicos cubanos, como testigo, la ceremonia religiosa también sirvió de homenaje al historiador de La Habana e intelectual Eusebio Leal (1942-2020), quien siempre profesó admiración por la virgen “Cachita”, un símbolo de cubanía.
Varias fueron las peticiones en la eucaristía que reunió a cubanos que residen o cumplen misión oficial en suelo belga, entre ellos la embajadora Yaira Jiménez y diplomáticos de la isla, pero destacaron en particular los llamados a que se impongan en los corazones humanos el amor y la paz.
También las plegarias abogaron por que los cubanos tengan salud y alimentos, en cualquier parte del planeta que se encuentren.
En tiempos de guerras, conflictos y odio, la iglesia de Nuestra Señora de Finistere acogió un pedido de esperanza para las comunidades y pueblos más vulnerables.
Las jornadas de la cultura cubana en Bélgica comenzaron el 20 octubre, para recordar ese día de 1868, cuando se entonó por primera vez La Bayamesa, el himno nacional del país caribeño.
Presentaciones del trovador Eduardo Sosa y del guitarrista Rachid López, una velada y la exposición “Isla Amada”, de la artista plástica Geladis Pérez, han resaltado entre las actividades.
Un momento especial tuvo lugar el viernes en la localidad de Saint-Gilles, donde la emblemática estatua de la comuna de la Región de Bruselas-Capital la “Portadora de agua” vistió atuendos típicos de la mayor de las Antillas.
A propósito de las jornadas, la embajadora Jiménez las consideró una celebración estrechamente ligada a la soberanía y la independencia, y una oportunidad de destacar que para los cubanos la cultura representa un valor distintivo de los pueblos y a la vez un elemento unificador y fuente de paz, de movilización en aras de la alegría y los buenos deseos.
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