‘No hay familia o sector cubano que no haya sufrido los efectos del bloqueo: en la salud, la alimentación, los servicios, los precios de los productos, las relaciones familiares, etc.’, escribió Claude Morin en su aproximación al tema.
De todos los obstáculos que se interponen en el camino del desarrollo económico, social y humano de Cuba, ninguno es tan formidable ni tan perjudicial como el bloqueo impuesto por Estados Unidos, precisó el analista.
El tranquilizador término ‘embargo’ esconde toda una serie de medidas económicas unilaterales e incluso extraterritoriales, señaló.
En la práctica, y en virtud de las leyes que se añadieron a lo largo de las décadas, el embargo tomó la forma de un bloqueo, término utilizado por Cuba para designar un acto de guerra no declarada, ya que no sólo afecta a los productos, sino también a la tecnología, el transporte, la financiación, la moneda, entre otros.
Tanto más, amplió Morin, cuanto que Washington pretendía convertir este conjunto de medidas en multilaterales, para dar a su legislación anticubana un alcance extraterritorial, violando tanto el derecho internacional humanitario como el comercial.
Al ampliar sobre los empeños de Washington, Morin acentuó que los documentos internos en Washington revelan que el objetivo (del bloqueo) era sembrar el caos, mantener al pueblo cubano como rehén y matarlo de hambre para empujarlo a levantarse.
En Washington, aseguró, la caída de la Unión Soviética y la desaparición de los socios de Europa del Este reavivaron la esperanza en la eficacia de una medida que había causado un gran daño, pero que no consiguió poner al pueblo en contra de su Gobierno.
El bloqueo alcanzó su punto álgido bajo la administración de Donald Trump (2017-2021), que promulgó más de 240 medidas contra Cuba, muchas de las cuales revirtieron la flexibilización adoptada al final de la presidencia de Barack Obama.
Sobre todo porque golpearon a un país que se enfrentaba a una pandemia, lo que dificultaba la importación de material médico y sanitario, indicó.
Morin abordó las acciones internacionales en apoyo al reclamo de la isla que hoy ocupara a la Asamblea General de la ONU, incluso, dijo que legisladores estadounidenses como el senador Ron Wyden, presidente de la Comisión de Finanzas, consideran el bloqueo como una ‘reliquia de los años 60’.
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