El tradicional, sencillo y emotivo tributo a quien fuera comandante de la Revolución Cubana consistió en el lanzamiento de flores al mar desde uno de los muelles del extenso borde marino de la capital peruana, ribereña del Océano Pacífico.
En el acto, el niño Samir Labrada recitó los versos a la bandera cubana de Bonifacio Byrne, declamados también por el comandante Cienfuegos en su última alocución.
El héroe cubano, conocido como El Señor de la Vanguardia por su valentía en los combates, desapareció el 28 de octubre de 1959 mientras viajaba en una avioneta presumiblemente caída al mar cuando retornaba a La Habana de la provincia de Camagüey, tras cumplir una misión revolucionaria.
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