Así lo expresó la embajadora del país africano ante la ONU, Sophia T. Mariam, al intervenir en la Asamblea General que por trigésimo primera ocasión votará mañana la propuesta de resolución elaborada por la nación caribeña sobre la necesidad de poner fin a esa política extraterritorial.
Mariam, a nombre del Grupo de Amigos de la Carta, dijo que el cerco contra La Habana constituye una de las violaciones más graves, prolongadas y sistemáticas del derecho internacional y de la Carta Magna de la ONU.
Precisó que, pese a los pedidos reiterados de su eliminación, los efectos de esa política unilateral en el pueblo cubano se han recrudecido en los últimos años para mermar a la Revolución.
Recordó que 30 resoluciones aprobadas en ese organismo no han bastado para su levantamiento, “30 años en los que el mensaje ha sido muy claro: el pueblo cubano tiene el derecho a construir su propio futuro libre de cualquier interferencia y opresión”.
Advirtió que cada día que pasa y el bloqueo persiste es una vergüenza en cuanto a la autoridad moral de esta organización.
“El bloqueo además de ser moral y políticamente inaceptable al intentar subyugar a un pequeño país a través de medidas de presión, transgrede las bases mismas de esta organización, es una vergüenza para el multilateralismo”, recalcó.
La diplomática de Asmara afirmó que esa medida vulnera el derecho de los cubanos a resolver sus asuntos internos de manera soberana, restringe a otros estados de establecer vínculos comerciales y libres con la isla caribeña.
De igual modo, la inserción de La Habana en la lista estadounidense de países patrocinadores del terrorismo es una de las calumnias más grandes difundidas contra cualquier nación para mermar su estabilidad.
“Cuba es fuente de solidaridad y ni de violencia. Desde 1963 ha mostrado al mundo el verdadero significado de la cooperación enviando brigadas médicas a las comunidades necesitadas y ha albergado a centenares de jóvenes que no podían acceder a formación profesional”, destacó.
Consideró que esa lista es una de las medidas más nocivas para multiplicar los efectos del bloqueo al impedir la realización de transacciones bancarias, recibir inversiones o solicitar líneas de créditos, así como el cierre de cuentas bancarias de varias misiones diplomáticas cubanas en el mundo.
Esta última, agregó, es una violación de la Convención de Viena de las Relaciones Diplomáticas, al tiempo que reiteró su solidaridad con Cuba y pidió su retirada de países patrocinadores del terrorismo y el cese inmediato del bloqueo.
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