De acuerdo con el almirante Vladímir Kolet, subjefe del Centro de Coordinación ruso con sede en la base de Hemeimen, en la provincia costera siria de Latakia, el operativo militar tuvo lugar en la localidad de Jiftlik-Al-Shaghar, en la provincia septentrional de Idlib, y agregó que otros bombardeos dejaron sedes y cuarteles terroristas destruidos.
Por otro lado, el oficial explicó que los aviones de combate de la llamada “Coalición Internacional” liderada por Estados Unidos, siguen creando situaciones peligrosas al realizar vuelos que violan el espacio aéreo sirio.
Reveló que durante las últimas 24 horas se registraron 10 violaciones en la zona de Al-Tanf, en el este de Siria, donde sobrevolaron cazas F-15 y F-16 y drones multimisión C-1-QM, lo que provocó riesgos para la seguridad aeronáutica.
Moscú y Damasco intensificaron sus ataques contra blancos de las agrupaciones extremistas, que escalaron sus agresiones con cohetes y drones contra comunidades civiles y posiciones militares.
En esos operativos fueron destruidos campamentos de radicales, escondites, almacenes y talleres para fabricación de drones.
El Ejército nacional logró durante sus operaciones en el 2020 liberar el 56 por ciento de Idlib, pero los radicales controlan aún menos de la mitad, donde retienen a cientos de miles de civiles como escudos humanos.
A petición de Damasco, Rusia envió en 2015 fuerzas a Siria para contribuir a la lucha contra el terrorismo, las cuales se concentran principalmente en la base aérea de Hemeimem y en la naval de Tartous, en el Mediterráneo oriental.
lam/fm