En la sede de la Unesco, entregaron el galardón bienal auspiciado por el gobierno cubano durante más de 40 años la subdirectora general para la Ciencia del ente multilateral, Lidia Brito, y la ministra de Educación de la isla, Naima Ariatne Trujillo, acompañadas por la embajadora de la nación antillana, Yahima Esquivel.
La ceremonia tuvo lugar en el contexto de la 42 Conferencia General de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y a la misma asistieron otras autoridades, entre ellas el vicecanciller de Uzbekistán, Bakhromjon Aloyev.
Egamberdieva realizó una investigación conducida de manera magistral y de mucha importancia, con la biorremediación frente al desafío de la salinización y de los daños a los suelos por el cambio climático, explicó el presidente del jurado internacional, el prestigioso científico cubano Vicente Vérez Bencomo, director del Instituto Finlay de Vacunas.
De acuerdo con Vérez Bencomo, optaron por el premio Unesco-Cuba Carlos J. Finlay 43 nominados, muchos de ellos renombrados investigadores de diversas ramas, todos ellos –acotó- haciéndole honor a Finlay.
La galardonada uzbeka agradeció el reconocimiento y subrayó el papel relevante de la microbiología para la humanidad y su futuro.
Su trabajo busca la interacción de microorganismos con cultivos como el trigo, el algodón, las verduras, el tomate y el pepino, en aras de mejorar su resistencia y productividad y de mitigar las afectaciones ambientales causadas por el cambio climático y las prácticas agrícolas.
Este no es un logro personal, por eso quiero saludar en este momento de privilegio a los colegas y socios que lo hicieron posible, dijo.
La subdirectora general de la Unesco destacó el acompañamiento de Cuba y la importancia del premio en su edición 17.
Celebramos hoy los logros de la ciencia y su contribución al desarrollo sostenible, e insistimos en la necesidad del ejemplo de los científicos para cambiar al mundo, afirmó Brito, quien felicitó a Egamberdieva.
También la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, Elba Rosa Pérez, congratuló a través de un videomensaje a la premiada, y recordó que el galardón homenajea a Finlay (1833-1915), mundialmente reconocido por sus descubrimientos sobre la transmisión de la fiebre amarilla.
Por su parte, la embajadora Esquivel consideró un orgullo y una responsabilidad para la isla promover este premio, creado en 1977 y otorgado por primera vez en 1980.
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