En esta oportunidad dedicado a los 206 años del otorgamiento de título de Ciudad a esta urbe declarada por la Unesco, Patrimonio de la Humanidad, Crónicas llegó a manera de taller como intercambio de opiniones con miembros de la Unión de Periodistas de Cuba.
Aunque la idea surgió con la especialista Martha Hurtado, hace ocho años, es Jesmir Varona quien lleva a través de sus artículos “la vida del Camagūey donde lo principal es su gente”.
Con espacios más allá de la web de la Oficina del Historiador, programas de radios y minutos en la televisión local, Crónicas de la Ciudad “me llena mucho de vitaminas para el alma”, a decir de la entrevistada.
Sin dudas en una urbe con más de medio milenio de vida son muchas las historias por contar, “y confirmo que la gente son la pieza museable más valiosa”.
La revista informativa Señales de una Comarca se ha hecho testigo de los testimonios más variados.
“Me gusta darle prioridad a los relatos de mujer, y tengo anécdotas muy diversas, por ejemplo hice una de la única mujer maquinista de trenes de Camagüey, a quien por discriminación no le dejaron ejercer”, rememora Varona.
Para Crónicas de la Ciudad el latir de la otrora Villa del Puerto del Príncipe resulta la savia para describir el curso de una localidad admirada por los amantes del turismo de ciudad.
Precisamente los diversos proyectos de la Oficina del Historiador también giran alrededor del inicio de la temporada alta del turismo que se extiende hasta los dos primeros meses del año.
En febrero de 1514 en el norte de Camagüey, en el actual municipio de Nuevitas, se fundó la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, aunque no fue hasta 1528 cuando el asentamiento se trasladó a las márgenes de los ríos Tínima y Hatibonico para fomentar uno de los acervos culturales e históricos más importantes de la isla.
mgtfam