En la ceremonia de entrega del galardón auspiciado por la isla en su edición 17, el cual mereció la investigadora uzbeka Dilfuza Egamberdieva, la ministra cubana de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez, señaló que el premio refleja la voluntad de su país de potenciar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación.
A través de un videomensaje, la titular subrayó también la relevancia de la cooperación, la solidaridad y el progreso científico en función del bienestar de la humanidad.
Pérez abordó en su intervención el papel de la microbiología, evidenciado en la batalla global contra la pandemia de la Covid-19, y destacó la figura de Finlay (1833-1915), mundialmente reconocido por sus descubrimientos sobre la transmisión de la fiebre amarilla.
Por su parte, la embajadora de Cuba ante la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Yahima Esquivel, afirmó que para el gobierno de la isla constituye un orgullo y una responsabilidad contar con este premio internacional.
Pese al impacto de las sanciones coercitivas unilaterales, en particular del bloqueo económico, comercial y financiero que le impone Estados Unidos, la mayor de las Antillas sigue apostando por el desarrollo científico como una vía para su soberanía y el desarrollo sostenible, afirmó.
En el ámbito del 76 aniversario del ingreso de Cuba a la Unesco renovamos nuestro compromiso con la organización en la búsqueda de la paz y la promoción del desarrollo sostenibles, con sus valores y principios y su carácter multilateral, abundó.
De acuerdo con Esquivel, el galardón fue creado hace más de cuatro décadas para alentar la colaboración, la investigación y que se comparta el conocimiento, en sintonía con la labor de Finlay, médico epidemiólogo que legó los valores de la profesionalidad, la dedicación, la perseverancia, la sensibilidad humana y la ética.
En ese sentido, consideramos que en el Decenio de las Ciencias para el Desarrollo Sostenible este premio cumple una misión esencial de fomento y promoción, dijo en el acto la diplomática, al que asistieron autoridades y personalidades de Cuba y de otros países.
Por la parte de la isla participaron la ministra de Educación Naima Ariatne Trujillo, el viceministro primero de Comunicaciones Wilfredo González, la presidenta de la Comisión Nacional Cubana de la Unesco, Dulce María Buergo, y el embajador en Francia Otto Vaillant.
Durante la ceremonia de entrega del galardón a Egamberdieva, la embajadora Esquivel resaltó además que la nación antillana presenta en la 42 Conferencia General de la Unesco su candidatura para el Consejo Ejecutivo de la organización en el período 2023-2027.
Una de las cartas de presentación del país caribeño es su aporte a la cooperación a favor de la educación como un derecho humano fundamental, de la ciencia en función del ser humano, del acceso pleno a la cultura, de la protección del patrimonio y de la lucha por un nuevo orden mundial justo e inclusivo en la información y la comunicación.
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