Tienen presencia académicos e investigadores de prestigiosos centros de estudios como el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Universidad Nacional Autónoma de México; la Universidad del Sur de Florida; del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD/URMIS) de Francia; Universidad de Winnipeg, de Canadá y el Max Planck Institute de Alemania, entre otros.
La máster en Ciencias Arliz Plasencia, integrante del Comité Organizador, significó en declaraciones a Prensa Latina la importancia de esta cita científica como una oportunidad para dar a conocer el ICAN y «volvernos a reunir en torno a diferentes temáticas».
Nos encontramos, dijo, en una encrucijada si realizar o no la conferencia ante la situación que ha variado mucho desde el evento anterior hace cinco años, pues programamos otro antes de la pandemia y no pudo concretarse.
Consideró, sin embargo, importante retomar la organización de la Conferencia, pues de lo contrario se perdería un espacio, el más importante alrededor de una variedad de temas de arqueología, religión y antropología cultural, por solo citar algunas problemáticas.
A juicio de la investigadora, el saldo es muy positivo y los trabajos presentados a las comisiones tienen calidad, a juzgar por la primera jornada de debates que aconteció este miércoles en la institución ubicada en la Habana Vieja.
El ICAN se propone ser la continuidad de la comunidad científica rectora de investigaciones arqueológicas y etnológicas, con un reconocido prestigio nacional e internacional desde la década del 30 del siglo XX a partir de estudios antropológicos, servicios científico–técnicos, docencias de postgrados, extensión comunitaria, intercambio académico, colaboración y promoción de la ciencia, gestión y conservación del patrimonio histórico–antropológico cultural de la nación.
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