Expuesta en la Casa Museo Oswaldo Guayasamín, enclavada en la parte antigua de la urbe, la muestra coincide con las celebraciones por los 504 años de la fundación de la ciudad.
Su autor es un diplomático de carrera, pero se reconoce como un gran caminante y apasionado de la fotografía.
Esta combinación le permitió captar a través del lente distintos espacios de esta ciudad y, al decir de Nelson Ramírez, curador de la muestra y Director de la Bienal de La Habana, lo convierten en embajador de La Habana en todo el mundo.
En la vida lo que más me gustaría es seguir caminando, declaró en exclusiva a Prensa Latina el diplomático artista, quien calificó a La Habana vieja como una ciudad que se deja ver y se deja querer.
Paisajes de esa localidad habanera son precisamente los más fotografiados por el autor quien desde una perspectiva en blanco y negro revela edificios, monumentos, portales y otros atractivos.
Estudió en el Centro de Imagen, Arte y Fotografía de Quito y, según sus palabras, La Habana es tan bonita que con esa técnica también se le ve muy bien.
Vengo de una ciudad igualmente declarada patrimonio de la humanidad. Sin embargo, el calor humano, las energías que se respiran aquí me hacen sentir como si fuera habanero, afirmó el diplomático.
La capital cubana celebra hoy aniversario. Fue bautizada en 1519 como Villa de San Cristobal de La Habana, y en 2016 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) le concedió el título de Ciudad Maravilla.
La muestra estará abierta al público hasta el 3 de enero de 2024, expresó Borja cuya foto titulada “Panda Lunch” fue incluida en el libro “China vista por los extranjeros” (2016).
rgh/hgv
