La antigua Plaza de San Francisco, por ejemplo, es en la actualidad el céntrico parque Serafín Sánchez Valdivia, Mayor General del Ejército Libertador y héroe de las tres guerras de independencia en Cuba contra el colonialismo español.
Por su parte, el parque Maceo o de la Caridad -como resulta más conocido- surgió contiguo a la ermita, actual iglesia de la Caridad.
Junto a la edificación religiosa se creó una plaza, ampliada en 1865 y considerada la segunda en extensión, después del Parque Serafín Sánchez.
Y está también el Honorato, en honor al insigne patriota espirituano Honorato del Castillo, aunque los pobladores siguen llamándole Parque o Plaza de Jesús.
A la Plazoleta Diego Dorado la mayoría de los citadinos la reconoce como ‘La estatua de Judas’, por el conjunto escultórico dedicado a la memoria del político y periodista Judas Martínez-Moles.
Según la Historiadora de la Ciudad, María Antonieta Jiménez, debe su nombre a un ‘digno andaluz casado con una espirituana, que en 1869 se unió a las tropas de Honorato del Castillo para batallar por la libertad de Cuba (…) En 1871 murió combatiendo’.
Ni por Plaza Mayor ni por Parque José Manuel García, su título oficial, identifican los residentes en esta urbe al hermoso y pequeño parque aledaño a la Iglesia Parroquial Mayor, y le dicen parque Honorato, quizás por pasar por él una calle de igual nombre.
Era la plaza principal de la villa o Plaza Mayor y en sus inicios tenía gran tamaño, pero fue perdiendo espacio desde fines del siglo XVIII, al construirse residencias en sus terrenos.
Con la transformación de las plazas coloniales, la citada se pavimentó con hormigón, situaron bancos de hierro y madera, así como farolas para alumbrarla, y se comenzó a mencionar como Parque Maceo.
Sin embargo, en 1911, el alcalde sugirió que era muy pequeño para denominarlo como tan ilustre patriota cubano y propuso cambiarlo por el de José Manuel García Cañizares, destacado médico espirituano.
Antonio Rudesindo García del Rijo era su hijo, un eminente galeno, asesinado en 1912 para robarle, y cuya estatua se alza al centro.
Resulta interesante y tal vez poco o nada común que el parque se llame como el padre, en tanto la estatua sea del hijo.
La Plaza de la Revolución Mayor General Serafín Sánchez Valdivia, más contemporánea, ha sido testigo mudo de incontables acontecimientos de relevancia nacional y local.
msm/mpg