Para cerrar este proceso y darle certezas a Chile, la única opción razonable es el voto en contra, señalan los firmantes.
La propuesta de carta magna, elaborada principalmente por el extremista Partido Republicano y la coalición de derecha Chile Vamos, contiene enmiendas consideradas como regresivas por amplios sectores populares.
Figuran entre ellas la que se opone a la interrupción voluntaria del embarazo en caso de violación, inviabilidad fetal y peligro para la vida de la madre.
El proyecto también va en contra de la negociación colectiva de trabajo, el derecho a huelga y la libertad sindical e intenta beneficiar a reos condenados por graves violaciones de los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Tras reiterar que el texto no busca una solución a los problemas de la ciudadanía, los partidos en contra apuntan a la urgencia de avanzar en acortar las listas de espera en salud y mejorar los establecimientos de educación para que los niños accedan a una buena enseñanza.
Igualmente, llaman a mejorar las jubilaciones y terminar con el abuso de las Administradoras de Fondos de Pensiones.
El comunicado fue rubricado por los partidos Comunista; Socialista; Liberal; Radical; Comunes; Revolución Democrática; Convergencia Social; Partido Por la Democracia; Frente Regionalista Verde Social y Acción Humanista.
Los firmantes consideran que no hay espacio para iniciar un tercer proceso constitucional y por ello no pondrán sus votos a disposición de un nuevo intento de dotar al país de una carta magna.
Según la más reciente encuesta de la firma Plaza Pública Cadem, 46 por ciento de los chilenos votaría contra la propuesta de ley fundamental y 38 a favor en el próximo plebiscito.
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