De acuerdo a la Comisión Nacional Consultiva de Derechos Humanos de Francia (Cncdh), entre 2003 y 2023, la proporción de franceses que se declaró «nada racistas» se duplicó pasando del 30 al 60 por ciento, y solo un 5 por ciento, frente al 14 de hace 20 años, afirmó que existen «razas superiores».
En la misma línea se observó una tendencia a la baja en la homofobia: el 85 por ciento de los encuestados cree que la homosexualidad es «una forma más de vivir la propia sexualidad», frente al 67 por ciento de hace dos décadas.
Con respecto a la cuestión del sexismo, los datos del Ministerio de Solidaridad mostraron que pierde terreno entre los franceses, pues se redujo a la mitad el número de personas que opinan que “lo ideal es que las mujeres se queden en casa para criar a sus hijos”, pasando del 40 al 20 por ciento entre 2003 y 2023.
El problema es que estos datos se apoyan en la opinión personal que cada entrevistado tiene de sí mismo, porque tras esta percepción de mejoría el Observatorio también ofreció la perspectiva de que “la manifestaciones más violentas de racismo, sexismo o LGTBfobia no disminuyen”.
De hecho aumentan pues, de acuerdo a las cifras del Ministerio del Interior, en 2022 se registraron 12 mil 500 crímenes y delitos racistas, y 2 mil 400 crímenes y delitos anti-LGBT ese mismo año, cifras que se incrementaron en los últimos cinco años.
Al tiempo se denunciaron 200 mil delitos sexistas, en 2020, y según el Instituto Nacional de Estadística las personas con discapacidad tienen un 60 por ciento más de probabilidades que las personas sin discapacidad de sufrir violencia física o sexual.
«Más de 500 mil personas declaran haber sido víctimas de abusos racistas, 150 mil de abusos homófobos y 1,4 millones de mujeres de abusos sexistas en el transcurso de un año», señaló el informe, que para matizar esta afirmación apuntó que a ello también contribuye el hecho de que “los incidentes que antes se silenciaban (ahora) se denuncian más a menudo y se registran mejor».
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