Desde su perfil en la red social Twitter, el mandatario afirmó que el discurso del desaparecido dirigente establecía las bases fundacionales de la política cultural de la Revolución cubana y constituyó una prueba del funcionamiento del intercambio verdadero.
A juicio de Díaz-Canel, en aquel encuentro estuvo ‘el oído atento a las voces inconformes o disonantes y la palabra dispuesta a responder, pero no para vencer, sino para aprender, aceptar, convencer; sin prepotencia, sin soberbias estériles’.
La formulación Dentro de la Revolución, expresada por Fidel Castro, resulta central e insustituible, de acuerdo con el presidente cubano, si bien, en ocasiones, los que leen malintencionadamente suelen sacarla de contexto y presentarla como expresión excluyente.
Acompañado de las etiquetas #Palabrasalosintelectuales, #Fidelporsiempre y #FidelVive, el mandatario de la nación caribeña significó que la frase no es un hecho en disputa, ‘es el hecho mismo, la razón de ser de aquel encuentro’
Díaz- Canel reconoció el papel de la intelectualidad en la derrota de las ideas reduccionistas de quienes pretendían imponer adversarios de la Revolución, desde el encierro de esa expresión en debates estériles, mientras desconocían la evolución de las palabras en los hechos y la transformación cultural.
Según el presidente constituye un error el confinamiento de Palabras a los Intelectuales a un momento único, ‘a aquel instante de junio de 1961, retador y trascendente como todo nacimiento’ y remarcó la continuidad en el tiempo de aquella reunión de la Biblioteca Nacional.
‘Estamos hablando de arte y de cultura, de creadores y artistas, de obras y de públicos, mientras el mundo arde afuera. Qué seguridad, qué confianza, qué coincidencias, nos juntan para conmemorar Palabras que algunos, alguna vez y todavía, quisieron malinterpretar’, aseveró.
Argumentó que con el cuerpo herido de dolencias y escaseces, Cuba no olvidó a sus artistas; aseguró que el nombre de esa acción es ‘Continuidad’ y aludió al diálogo, vivo desde 1961, ‘aunque en más de un momento en estos años lo hayamos descuidado, pospuesto, malentendido y puede que hasta maltratado’.
El gobernante indicó que cuando los artistas se unen y trabajan para la comunidad, lo hacen también por el país y el futuro, en una transformación del ocio estéril, la apatía y la desmotivación en participación, esperanza y valores.
Ello significa, señaló, hacer a la Revolución más útil.
La preservación de la independencia y la soberanía nacional bajo el peor de los ataques resulta la primera prioridad para revolucionarios y patriotas, ‘aunque esas palabras en ciertos círculos se consideren obsoletas. Obsoleta es la dependencia, la humillación al poderoso’, señaló.
Declaró como certeza que ‘no vamos a regalar la Revolución ni sus espacios’; reconoció que deben gestionarse mejor, en un aprendizaje colectivo, y expresó que mientras mayor calificación y experticia posean los líderes de escenarios culturales la valoración de las obras será con mayor rigor y justicia.
En otro tweet subrayó que el arte tiene no sólo el derecho sino la misión de ser provocador, arriesgado, desafiante, cuestionador y también enaltecedor y emancipador; de ahí que someterlo a censura subjetiva y cobarde ‘es un acto de lesa cultura’.
Díaz-Canel apuntó que, como en aquel entonces, dentro de la Revolución existe espacio para todo y todos, excepto para quienes pretenden destruir el proyecto colectivo y remarcó que la libertad de expresión tiene como límite el derecho de la Revolución a existir.
‘Así como Martí excluyó de la Cuba con todos y para el bien de todos, a los anexionistas y en sus Palabras en 1961, Fidel separó a los incorregiblemente contrarrevolucionarios, en la Cuba de 2021 no hay cabida para los anexionistas de siempre ni para los mercenarios del momento’, concluyó.
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