Por Amelia Duarte de la Rosa
Redacción Norteamérica de Prensa Latina
Con más de 165 mil hectáreas calcinadas y miles de focos aún en activo, los siniestros de este año entraron en los pronósticos con una intensidad mucho más leve.
Sin embargo, el aumento récord se debió a una combinación de cambio climático y prácticas arraigadas de gestión forestal que, en conjunto, crearon un paisaje más propicio para incendios grandes y de alta intensidad, explicó Lori Daniels, profesora del departamento de ciencias forestales y de conservación de la Universidad de la Columbia Británica.
Se esperaban incendios grandes e intensos durante las próximas décadas, reafirmó Marc-André Parisien, científico investigador del Servicio Forestal Canadiense con sede en Edmonton.
Pero ambos investigadores alegaron que llegó antes de lo esperado.
“Según muchas proyecciones, en 20 o 30 años se habría visto una amplificación real de estos regímenes de incendios, pero (sucedió) alrededor del cambio de milenio, es decir, bastante antes”, dijo Parisien.
“La sociedad ya está pagando un coste enorme por estos incendios provocados por el cambio climático”, afirmó Daniels. «Lo que podemos controlar a corto plazo es la vulnerabilidad del paisaje», agregó.
“Si un incendio llega formando un muro de llamas de 30 metros, no hay mucho que puedas hacer”, aseguró. “Se le puede echar mucha agua, pero es como escupir en una fogata”, añadió.
Reducir esa vulnerabilidad significa transformar la forma en que se gestiona el paisaje. Alejar un enfoque centrado en la madera que prioriza las coníferas sobre los árboles de hoja ancha menos inflamables y aumentar la quema prescrita son pasos clave para proteger a las comunidades mediante el apoyo a bosques sanos y resilientes, precisó Daniels.
“Cuanto antes lo hagamos, mejor”, apuntó.
DECLARACIÓN DE EMERGENCIA
Los primeros reportes de los incendios surgieron a inicios de marzo en Quebec, influenciados por el clima seco y cálido, así como por varios rayos, reportó CTV News.
Y su propagación fue rápida. De unos 36 incendios iniciales se pasó a más de 100 tras una tormenta eléctrica el 1 de junio.
A mediados de agosto, los Territorios del Noroeste declararon el estado de emergencia para intentar controlar casi 240 quemas.
Autoridades de Yellowknife, una de las ciudades más grandes del norte de Canadá, ordenaron evacuar a los 20 mil habitantes ante la advertencia de la proximidad del fuego.
El fuego se desplazó 30 kilómetros en pocas horas debido a los fuertes vientos, lo que obligó a cerrar las dos únicas autopistas de salida de la ciudad.
La rapidez del desplazamiento de las llamas puso en marcha la mayor operación de evacuación de la historia en ese territorio y obligó al ejército de Canadá a coordinar transporte aéreo desde varias comunidades de la región.
Los servicios de emergencia abrieron un cortafuegos con ayuda del ejército para evitar el avance de las llamas hacia la ciudad y rociar la zona con agua.
Mientras, unas siete mil personas de otras ocho comunidades también recibieron la orden de evacuación.
La pequeña comunidad de Enterprise quedó destruida por las llamas en su mayor parte, aunque todos sus habitantes pudieron escapar antes con vida.
Ya para el 30 de julio, al país lo asolaron más de 990 incendios, 613 de los cuales se consideraban fuera de control.
En esa fecha, ya habían ardido más de 12 millones de hectáreas, un total muy superior a cualquier otro que haya sufrido el país en toda su historia.
Canadá que, por su situación geográfica se calienta más deprisa que el resto del planeta, enfrentó en los últimos años a fenómenos meteorológicos extremos, cuya intensidad y frecuencia se vieron incrementadas por el cambio climático.
LIGERO CRECIMIENTO ECONÓMICO, PESE A INCENDIOS
Pese a la situación creada por los incendios que causaron una desaceleración en el sector petrolífero y gasístico en el país, la economía se expandió un 0,3 por ciento en mayo, informó Estadísticas Canadá.
La entidad difundió que más de la mitad de todas las industrias registraron un crecimiento en términos mensuales, pero el total se vio arrastrado por las caídas en algunas industrias clave como las experimentadas en la rama energética que se contrajo un 2,1 por ciento.
“Esta fue la primera desaceleración del sector en cinco meses y la mayor desde agosto de 2020”, detalló la agencia.
La extracción de petróleo y gas se contrajo un 3,6 por ciento durante ese mes, la mayor disminución desde abril de 2020, como consecuencia de los incendios forestales en Alberta (oeste), apuntó.
Explicó la fuente que los siniestros afectaron principalmente a las instalaciones en las partes occidentales de la provincia, desde Edmonton hasta las estribaciones de las Montañas Rocosas en las formaciones Clearwater, Montney y Duvernay.
La construcción de edificios residenciales fue otro lastre para el crecimiento, ya que la actividad cayó un 1,8 por ciento.
Esa fue la primera baja en cinco meses y fue impulsada por disminuciones en reformas y mejoras de casas y en la construcción de nuevas viviendas unifamiliares, ahondó la información.
La cifra de mayo está por debajo del pronóstico avanzado del 0,4 por ciento que la agencia de datos había anticipado previamente, pero es mejor que el 0,1 por ciento logrado en abril.
AUMENTO DE INFLACIÓN Y DESIGUALDAD ECONÓMICA
No obstante, ya para octubre y en el auge de los siniestros, la situación se agravó y el continuo aumento de los precios contribuyó a una inflación mayor de la esperada, refirió el vicegobernador del Banco Central, Nicolas Vincent.
Las empresas incrementaron los precios de sus productos y ofertas con mayor frecuencia que antes de la pandemia de Covid-19.
En tiempos normales, esto sería perjudicial para las compañías. Pero el alza de los costos y la robusta demanda estaría facilitando el aumento de los precios en un entorno económico volátil, dijo Vincent.
El vicegobernador explicó que, si una compañía continúa esperando a que sus proveedores y competidores realicen cambios frecuentes de precios, es posible que sea más propensa a hacer lo mismo, creando un circuito de retroalimentación.
La tasa de inflación anual en Canadá cayó al 2,8 por ciento en junio, pero volvió a crecer a cuatro por ciento en agosto, lejos aún del objetivo del dos por ciento del Banco Central.
Este vaivén económico contribuyó al aumento de las desigualdades entre ricos y pobres, que registró un récord de aumento en el 2023, según Estadísticas Canadá.
El 20 por ciento de los ciudadanos de mayores ingresos controló casi el 68 por ciento del patrimonio neto total del país, mientras el 40 por ciento menos aventajado representó el 2,7 por ciento, añadió el informe.
La nación norteña develó esas diferencias de ingresos en medio de un incremento de las tasas de interés, cuya carga financiera afecta en especial a los ciudadanos más jóvenes, apuntó el reporte de esa agencia del Gobierno federal.
La creciente brecha refleja los impactos de la agresiva campaña de aumento de tasas del Banco de Canadá en los propietarios de viviendas endeudados y los hogares de bajos ingresos afectados por los referidos aumentos inflacionarios y bancarios.
“Los hogares más jóvenes y de bajos ingresos tienden a ocupar puestos de nivel de entrada y trabajos de servicio en la industria del alojamiento y la comida”, declaró Gillian Petit, investigadora asociada del departamento de economía de la Universidad de Calgary al diario The Toronto Star.
Para los propietarios más jóvenes –señaló la especialista- el aumento de las tasas de interés significa que “sus hipotecas se están volviendo más caras y, al mismo tiempo, no necesariamente generan más ingresos, lo que aumenta la relación deuda-ingreso”.
JÓVENES DESESPERANZADOS ANTE CRISIS CLIMÁTICA
La crisis medioambiental y el aumento de las desigualdades generaron ansiedad entre los jóvenes canadienses, el sector poblacional más afectado por estas coyunturas de acuerdo con una encuesta nacional.
El estudio, que comprendió a más de mil 508 millennials (personas nacidas de 1981 a 1993) y más de mil adultos de la Generación Z (nacidos de 1995 a principios de los años 2000), encontró que la mitad de ellos cree que la situación medioambiental se deteriorará más en 2024.
“La situación empeora cada año que pasa: la Generación Z y los millennials carecen de confianza en el futuro”, afirma el informe.
Uno de cada 10 jóvenes canadienses dijo que no se sentiría cómodo “trayendo niños al mundo en una crisis climática”, agrega la investigación.
Las mujeres son más propensas que los hombres a preocuparse por el medio ambiente: el 56 por ciento de ellas piensa que la situación empeorará durante el próximo año, en comparación con el 43 por ciento de los hombres.
Mientras, más de la mitad de los encuestados estuvo de acuerdo con la afirmación de que las generaciones que los precedieron son “directamente responsables del cambio climático”.
La pesquisa reflejó una creciente sensación de impotencia entre los jóvenes del país; si bien más de la mitad de los canadienses notificó que se sentía incapaz de ayudar a resolver los problemas de la sociedad en 2022, ese porcentaje aumentó al 62 por ciento principalmente por los eventos que condicionaron la situación del país en 2023.
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