El trayecto plano entre Changé y Laval, en la región de Países del Loira, está lejos de ser decisivo en la joven competición que dejó ayer Bretaña con varias lesiones y siete pedalistas de baja, pero sí pudiera reducir el pelotón de vanguardia, en el cual no aparece de momento el subtitular del año pasado y uno de los grandes favoritos, el esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma).
Después de cuatro etapas, las tres primeras marcadas por duras caídas, el neerlandés Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix) porta el maillot amarillo, seguido a ocho segundos por el ídolo francés Julian Alaphilippe (Deceuninck-Quick Step) y a 31 por el ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos) y el belga Wout van Aert (Jumbo-Visma).
En quinto puesto de la edición 108 de la Grande Boucle marcha el neerlandés del Bora-Hansgrohe Wilco Kelderman, a 38 segundos, y en sexto el monarca defensor, el esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates), a 39.
Por equipos, Bahrain Victorious domina el Tour de Francia por delante de Jumbo-Visma, pero esa posición está reservada para otras escuadras.
Poco a poco la carrera más esperada y seguida del ciclismo mundial se va acercando a uno de sus episodios más interesantes, la cadena montañosa de los Alpes, donde se sabrá qué pedalistas podrán comenzar a soñar con lo más alto del podio el 18 de julio en los Campos Elíseos parisinos.
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