Fundado el 1 de julio de 1986 por Fidel Castro, líder histórico de la Revolución cubana, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) está a cargo de dos de los cinco candidatos vacunales de la isla contra la Covid-19: Mambisa y Abdala.
Esta última ya demostró un 92,28 por ciento de eficacia en su ensayo clínico fase III luego de administrar sus tres dosis.
CIGB trabaja en varias temáticas y plataformas tecnológicas, entre ellas las proteínas recombinantes, la síntesis química y los péptidos sintéticos.
‘Laboramos también en diferentes hospederos de impresión de proteínas, como pueden ser las levaduras, células de mamíferos y las bacterias. Asimismo, laboran en otras plataformas de diagnóstico, vacunas y soluciones terapéuticas’, detalló el científico.
Entre sus productos se encuentra el Heberferón, consistente en una mezcla de los interferones alfa y gamma, pero contenido en un solo vial con propiedades sinérgicas basadas en su actividad antiproliferativa.
Con la llegada de la Covid-19, esta sustancia inyectable recibió en el mes de mayo de 2020, un autorizo para su introducción en los protocolos de tratamiento contra la enfermedad en Cuba.
Recientemente el Centro incorporó en ese plan la formulación de IFN-alfa-2b-humano recombinante para administración a través de gotas nasales —Nasalferón—, el cual logra una protección frente al coronavirus SARS-CoV-2.
De igual modo, los proyectos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología incluyeron el CIGB 814, un péptido sintético alterado derivado de la proteína 60 humana de choque térmico (HSP60, por sus siglas en inglés).
Este antígeno se ha implicado en la patogénesis de la artritis reumatoide.
Jusvinza o CIGB-258 también de la institución, se convirtió en otra alternativa terapéutica para controlar la hiperinflamación, regular la respuesta inmunitaria y reducir el riesgo de mortalidad en pacientes con la Covid-19.
Otro medicamento producido por el centro es el Heberbiovac HB, proteína obtenida mediante procedimientos de recombinación del ADN(ácido desoxirribonucleico).
A la extensa lista de innovaciones del CIGB se suma la Quimi-Hib, una vacuna conjugada contra el Haemophilus influenzae tipo b.
‘Todos esos proyectos están respaldados por patentes y son fruto del trabajo de más de 350 investigadores pertenecientes a nuestro centro, el 90 por ciento de ellos con títulos de doctor o máster en ciencias’, subrayó Guillén.
Esos resultados y muchos más, avalan la clasificación en este 2021 del CIGB como una empresa de Alta Tecnología en Cuba.
ymr/cdg