En su cuenta en X, el canciller Bruno Rodríguez rememoró el suceso que unió en su patria a los “cinco héroes cubanos”, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino y René González. Los cinco, como se les conoció entonces, habían cumplido injustas y largas condenas en cárceles de Estados Unidos, luego de un amañado proceso judicial que los culpó de diversos cargos que, algunos casos, los confinaban a más de 100 años de encierro.
El caso adquirió relevancia internacional cuando fue descubierta una red de espionaje infiltrada en organizaciones de terroristas de origen cubano, radicadas en suelo estadounidense, desde la cual se perpetraban actos contra la isla y el propio Estados Unidos.
De acuerdo con datos del Gobierno cubano, casi tres mil 500 muertos y más de dos mil discapacitados es el saldo de las acciones organizadas, financiadas y ejecutadas desde el país norteamericano, en particular desde la Florida.
Los cinco luchadores cubanos decidieron soportar la presión del manipulado proceso, el acoso de la prensa y las torturas psicológicas durante su reclusión, “sin que su honor, su entereza y su lealtad a la revolución cubana y a su pueblo hayan podido ser quebrantados”, señaló Fidel Castro, tras el retorno de los héroes.
El 17 de diciembre de 2014, La Habana y Washington lograron un acuerdo histórico que contemplaba la excarcelación y regreso de los cinco luchadores contra el terrorismo.
Entonces, “no hubo alternativas para el gobierno de Estados Unidos, la liberación de los Cinco no fue un regalo o concesión alguna, fue una batalla constante y victoriosa de la mano de todo un pueblo y familiares”, aseguró en una ocasión el fallecido diplomático y dirigente Ricardo Alarcón.
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