Universidades de Francia, institución que reúne a los responsables de las universidades y grandes escuelas del país, quiso manifestar sus «muy fuertes reservas contra las medidas adoptadas en el Senado en primera lectura (de la ley)» y reiteró “su adhesión a la tradición francesa de apertura a la hora de acoger a los estudiantes internacionales”.
Para los rectores franceses una nueva ley en esos términos obstaculizaría significativamente el acceso a la educación de muchos estudiantes extranjeros, lo suficiente como para constituir «un insulto a la Ilustración, a la que se ha recordado con razón, en circunstancias dramáticas, que en Francia nunca se apaga», señalaron en el comunicado.
“Estas medidas sólo reforzarían la mercantilización de la educación superior francesa y acentuarían la precariedad financiera de nuestros estudiantes internacionales”, insistieron, pues debido al plan en vigor de estudios superiores “Bienvenido a Francia”, las universidades tienen el objetivo de acoger a medio millón de estudiantes extranjeros de aquí a 2027.
Sin embargo, el comunicado recordó que Francia “está estancada hoy en el séptimo lugar del mundo, muy por detrás del Reino Unido y Alemania, mientras que hace 10 años todavía era el tercer país anfitrión”, y señaló a los parlamentarios “que está en juego el atractivo de nuestras universidades y de nuestro país a escala global”.
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