El asunto preocupa al jefe del Grupo de Investigación de la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí (1853-1895), sobre todo por “el tiempo dedicado a esas herramientas por millones de individuos que son manipulados de forma intencional”, dijo.
En declaraciones a Cuarta Pared, el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas (2009) señaló que las redes sociales se están convirtiendo en mecanismos de transmisión de ideología, de un punto de vista que incita a que las personas se aparten de todo aquello que pueda ir en contra del sistema dominante. Hace años lo vienen alertando profesores e investigadores en Estados Unidos y Europa, donde más fuertes son y se originaron en buena medida esas tecnologías y sus usos, apuntó, seguro de que hay manos al mando de los hilos de la comunicación a través de esos medios.
“¿Cómo es posible que la gente viva más horas pegados a un celular, viendo cosas útiles, pero también muchas otras que no le aportan nada?”, reflexionó.
“Sin embargo, no comparten una conversación, algo que puede producir tanto aprendizaje, saberes, sentimientos, vivencias necesarias, y que facilita la comprensión con el otro”, expresó.
Para Rodríguez, hay un conflicto por solucionar, “pero no sé cómo”, porque por otro lado esas tecnologías son muy cómodas, permiten la comunicación, ampliar y tener acceso a los conocimientos de manera rápida, pero al mismo tiempo están plagadas de chismes, noticias falsas, mensajes negativos.
“Creo que hay un uso estimulado por organismos, muy bien pensados y muy bien establecidos, contra los cuales es difícil combatir porque tienen muchos recursos y cantidad de cerebros de la ciencia y las tecnologías puestos a disposición de ellos”.
Acerca de la posibilidad de convertirse en vía idónea de la americanización de la cultura a nivel global, el también profesor manifestó que esto es ya una realidad y para lograrlo cuentan con un enorme capital, buscando no solo que tal inversión surta efecto en las personas, sino que sean rentables.
Las mentes detrás de las redes tienen un sentido de pensamiento congruente con sus intereses: o son para ganar dinero o, en el plano geopolítico, se alinean con las prioridades de las grandes potencias imperiales, en primer lugar, Estados Unidos, que intenta mantener el dominio global.
El mundo está en una crisis económica y de valores espantosa, la geopolítica está cambiando, y en eso están coincidiendo hasta los políticos. Los Estados son parte también y actúan en función de los intereses que primen.
Lamentablemente, esas herramientas son más utilizadas para ampliar el campo de los negocios, de las ganancias, de lo que dicte el capitalismo contemporáneo, que no es solamente expandirse en el plano territorial, sino en el del control de las ideas, de la expresión de las personas y de la aceptación del sistema.
A la pregunta de cómo enfrentar tal reto, Rodríguez respondió que no sabe, pero significó que es necesario ganar esa batalla, ya no solo en el plano de la política y de la ideología, sino también en el de la formación del ser humano, porque son muchos los jóvenes que les dedican demasiado tiempo sin que lean una novela, vayan al teatro o visiten una exposición.
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)