Así el panorama teatral nacional da la bienvenida al proyecto, con funciones en la habanera sala Adolfo Llauradó de jueves a domingos.
La vuelta de Manteca hoy al escenario evoca el trascendente montaje efectuado hace 30 años a cargo de Miriam Lezcano con Teatro Mío, que se hizo un referente en el teatro cubano al poner sobre las tablas la realidad a la manera descarnada del texto de Pedro, en el difícil contexto social de los años 90 del siglo pasado en Cuba.
La pieza será interpretada por dos elencos que alternarán funciones y los roles de Dulce, Celestino y Pucho serán interpretados por Nieves Riovalles/Indira Valdés, Faustino Pérez/Enrique Bueno y Falconerys Escobar/David Reys, respectivamente.
La pieza escogida por Tebas Teatro para su debut es considerada clave en la contemporaneidad de este arte en la isla y llegó a distintos escenarios y países como Canadá, Estados Unidos, España y Francia.
El director general e investigador Sarraín cuenta en su haber con un vasto repertorio de dramaturgia, cuya ampliación aquí es el propósito esencial de la agrupación.
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