Los Sanfermines tienen mucho que ver con la corrida de toros. En el siglo XIV, para llevarlos fácilmente desde los corrales ubicados fuera de la ciudad española hasta la plaza, a los lugareños se les ocurrió la idea de correr delante de los animales en vez de ir detrás.
Pues en Cayo Hueso también lo hacen. Centenares de personas vestidas de blanco, con pañuelos rojos y al grito de “¡ole, ole, ole!” desfilan por el centro histórico de esa urbe insular de Florida,en una réplica del encierro, como en Pamplona.
La diferencia es que estos toros no son reales. Sacan a las calles imitaciones de tales cuadrúpedos a escala natural y guiados sobre ruedas.
El festejo honra al famoso autor, quien vivió la mayor parte de la década de 1930 en Cayo Hueso, pero que amó a España y sintió pasión por la tauromaquia.
Precisamente, su primera obra de importancia fue Fiesta (en inglés, The Sun Also Rises), una novela que escribió en 1926 y en la que relata el itinerario de un grupo de amigos en el viaje desde París hasta los Sanfermines de Pamplona.
Luego, en 1932, vino Muerte en la tarde, un erudito estudio sobre la corrida de toros, espectáculo que consideraba más una ceremonia trágica que un deporte.
Por eso los residentes de Cayo Hueso decidieron hacer sus Fiestas de San Fermín como una manera de honrar el estilo de vida de Hemingway y su legado literario.
Incluso realizan un concurso de semejanza en el que compiten hombres fornidos y barbudos, como el célebre escritor, uno de los más grandes novelistas y cuentistas del siglo XX.
(Tomado de Orbe)