Se trata de uno de los líderes de Al Qaeda, Rangzib Ahmed, y de un reclutador de alto rango del Estado Islámico en Europa, Aras Mohamed Hamid.
Rangzib Ahmed fue encarcelado después de que lo sorprendieran con un cuaderno de contactos terroristas, escrito con tinta invisible y una mochila que contenía rastros de explosivos.
Ahmed, alguna vez considerado el principal contacto europeo de Osama bin Laden, fue la primera persona condenada en el Reino Unido por liderar el terrorismo.
En septiembre se informó que a Ahmed, musulmán nacido en Rochdale, se le negó la libertad condicional porque todavía se lo consideraba demasiado peligroso y tuvo que someterse a un programa de desradicalización de un año de duración.
Ahmed, de 47 años, pidió a la Junta de Libertad Condicional que recomendara su liberación, pero nuevamente se la negaron.
Esta fue su segunda audiencia, y ahora se espera una tercera dentro de unos meses, que, según la publicación, podría satisfacer la solicitud del criminal.
Ahmed demandó anteriormente a las agencias de inteligencia británicas MI5 y MI6 por presunta connivencia con la inteligencia paquistaní para torturarlo, pero su reclamo de indemnización por daños y perjuicios fue rechazado por el Tribunal Superior el año pasado.
El encarcelado afirmó que fue torturado por la agencia Interservicios de Inteligencia de Pakistán mientras estuvo bajo custodia entre 2006 y 2007, antes de ser deportado al Reino Unido y acusado de delitos de terrorismo.
Otro terrorista que pronto podría ser liberado, Aras Mohammed Hamid, de 32 años, fue condenado a siete años de cárcel en 2017 por radicalizar a un kurdo que vivía en Gran Bretaña.
La junta de libertad condicional sostuvo que su caso es revisado, pero aún no se ha fijado una fecha, lo cual se espera que suceda en 2024.
De acuerdo con la fuente, las autoridades británicas tenían planes de deportarlo después de su liberación, pero sus abogados expresaron que esto sería una violación de los derechos humanos.
Hamid, solicitante de asilo, fue declarado culpable de dos cargos de preparación de actos terroristas.
Se espera que los contribuyentes británicos paguen millones para monitorear a estos convictos después de su liberación.
Mientras, el diputado conservador Nigel Mills alertó que se trata de terroristas muy peligrosos, los cuales no deberían ser liberados, al añadir la existencia de una preocupación real de difusión de odio y su maldad.
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