Con un sencillo a las praderas en el sexto episodio frente a un envío del cazador Luis Ignacio Bermúdez, el zurdo de 39 años de edad entró en la historia al convertirse en el jugador número 27 que lo logra en los campeonatos domésticos.
Lo curioso de su hazaña es que solo otros tres peloteros nacidos en Matanzas han alcanzado esa cifra y todos son miembros de su familia y naturales del Jovellanos, municipio ubicado a 128 kilómetros al este de la capital del país.
Sus tíos Wilfredo (dos mil 174) y Fernando Sánchez (dos mil 215) y su primo José Estrada (dos mil cinco), todos integrantes del equipo nacional durante sus carreras deportivas, son los otros privilegiados miembros de esta dinastía que llegaron a a acumular esa cantidad de indiscutibles a su paso por la pelota cubana.
Su padre Arturo y sus otros tíos Felipe y Armando, también se desempeñaron en Series Nacionales defendiendo los colores de la provincia matancera, algo inédito en un país donde el béisbol es el pasatiempo por excelencia.
René Sánchez, su abuelo, fue jugador de la Liga de Pedro Betancourt y les despertó esa pasión a sus descendientes al construirles un terreno rústico frente a su casa para que practicaran y conocieran este deporte.
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