Desde hoy y durante toda la semana, y por todo el tiempo que sea necesario, una cantidad de acciones serán desarrolladas, afirmó a la cadena France Inter el presidente del gremio, Arnaud Rousseau.
El dirigente del principal sindicato de agricultores se reunirá en el transcurso del día con el primer ministro Gabriel Attal, en medio de las preocupaciones del ejecutivo por la magnitud que puedan alcanzar las movilizaciones.
Por el momento resulta emblemático del malestar de campesinos en suelo galo el bloqueo desde el jueves de la autopista A64, que enlaza a las sureñas ciudades de Toulouse y de Bayona (País Vasco francés), en particular a la altura de Carbonne, donde exigen respuestas concretas acompañados por decenas de tractores.
Rousseau valoró la posibilidad de coordinaciones para extender las protestas por el territorio nacional y a nivel europeo.
La inflación, los bajos salarios, las normas ambientales que consideran muy severas y el retraso en el pago de ayudas estatales atizan el sentimiento de frustración y de abandono de una buena parte del campesinado francés, un malestar también evidenciado recientemente en Alemania, Países Bajos, Polonia y otros países de la Unión Europea.
Ante las protestas y su eventual alcance, el ministro de Agricultura, Marc Fesneau, señaló la víspera en el programa “Grand Jury RTL-Le Figaro-M6-Paris Première” que el proyecto de ley sobre la renovación agrícola ya no será presentado el miércoles en el Consejo de Ministros, y tardará unas semanas en su introducción.
Fesneau comentó que el presidente Emmanuel Macron solicitó atender la crisis en curso y encontrarle respuestas.
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