La Prefectura del suroccidental departamento de Pirineos Atlánticos confirmó el cierre por manifestantes de la autopista A63 que enlaza a las ciudades de Toulouse y de Bayona (País Vasco francés), mientras las autoridades de Drôme (suroriente) señalaron el bloqueo de la A7 en Albon y fue bloqueada igualmente la A62 en Agen.
Hasta el momento el símbolo de la cólera de los campesinos era la obstaculización del tráfico en la A64, que comenzó el jueves pasado a la altura de Carbonne para denunciar el impacto en su labor cotidiana de la inflación, los bajos salarios, las normas ambientales que consideran muy severas y el alza del costo de los combustibles.
También se produjo en las últimas horas el bloqueo con tractores al acceso a la central nuclear de Golfech.
La víspera, el presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores (Fnsea), Arnaud Rousseau, anunció la ampliación del movimiento durante toda la semana y por el tiempo que sea necesario.
Según diversas fuentes, los bloqueos aumentarán en el transcurso del día, con autopistas como la A16, en la norteña localidad de Beauvais, entre las mencionadas.
Ayer el primer ministro Gabriel Attal recibió a dirigentes de la Fnsea y de los Jóvenes Agricultores, reunión después de la cual el ministro francés de Agricultura, Marc Fesneau, prometió respuestas rápidas.
El primer ministro afirmó claramente su voluntad de ir rápido, con anuncios sobre algunos temas en la semana y otros más adelante, a medio plazo, precisó.
Sin embargo, participantes en las protestas no creen que un problema que consideran de más de 30 años de deterioro en los campos se solucione de la noche a la mañana. La cólera de los agricultores es un escenario que afecta a Europa desde hace semanas, generando mucha preocupación en los gobiernos.
También en Alemania, Polonia, Países Bajos y otras naciones se registraron protestas, lo que explica que los ministros de Agricultura de la Unión Europea se reúnan hoy en Bruselas.
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