En declaraciones divulgadas por el semanario Die Zeit del canciller federal Olaf Sholz admitió su responsabilidad como cabeza del ejecutivo por las enconadas disputas, muchas veces públicas, entre las tres fuerzas políticas el poder.
Socialdemócratas (SPD), verdes y liberales (FDP) difieren en temas claves para el país tras dos años en el poder.
Legislaciones relativas a las leyes de calefacción o de protección básica de la infancia llevaron a la palestra pública las rencillas internas de un gobierno que ve como cae en la intención de voto mientras la ultraderecha gana terreno de una forma que algunos analistas califican de peligrosa.
Como canciller federal, soy responsable del Gobierno (…) Sería absurdo decir que no tengo nada que ver con ello, dijo Scholz con relación a los desacuerdos entre las partes gobernantes.
Por desgracia, afirmó, en muy pocas ocasiones ha sido posible tomar decisiones importantes sin largas disputas públicas.
En ese contexto los partidos de la coalición afrontan perspectivas sombrías en las encuestas, pero Scholz confía en que se produzca una mejora, tras la sentencia del Tribunal Constitucional Federal que produjo un importante agujero presupuestario.
El hecho de que ahora hayamos conseguido elaborar un presupuesto adecuado que responda a nuestros retos actuales tras la sentencia de Karlsruhe (sede del Tribunal Constitucional) me da esperanzas, afirmó.
Más adelante Scholz describió el estado de ánimo del país como “inestable”. Se puede sentir la agitación económica y política, pero al mismo tiempo, hay una sensación de incertidumbre porque, como nación económicamente fuerte, estamos en proceso de fijar el rumbo para garantizar el futuro, afirmó.
Sobre el auge del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), aseguró que “el genio ha salido de la botella”.
En cuanto al debate sobre su posible prohibición el canciller federal dijo que las autoridades competentes se están ocupando de esa cuestión.
Nuestro más alto tribunal también decidirá en un futuro próximo sobre una demanda interpuesta por la AfD, que se opone a que el partido sea vigilado a nivel nacional por los servicios de inteligencia, indicó el jefe de gobierno.
Hacerlo retroceder (al AfD) será difícil cuando se trate de los que tienen opiniones de derechas (…) Sin embargo estoy convencido de que debe ser combatido políticamente por encima de todo, agregó.
El Tribunal Constitucional Federal decidió el martes que otro partido de extrema derecha, el Nacional Democrático de Alemania (NPD), rebautizado en junio pasado como Die Heimat, quedará excluido de la financiación estatal durante seis años.
El populismo de derechas es veneno para nuestra convivencia y nuestra democracia, enfatizó Scholz al semanario Die Zeit.
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