El cuerpo diplomático acreditado en esta nación centroamericana y miembros de la embajada de la isla caribeña acompañaron a cubanos y costarricenses en el tributo, además del Grupo Parlamentario de Amistad con Cuba, la Coordinadora de Solidaridad, el Partido Vanguardia Popular, del Círculo Bolivariano Yamilet López y de la Juventud Vanguardista Costarricense.
El presidente de la Asociación Cultural de Cubanos Residentes en esta nación, Juan Mesa, agradeció a los presentes formar parte del homenaje al considerado Apóstol y prócer independentista, a quien el pueblo costarricense le rindió honores al colocar su busto en el parque, justo en el centenario de su nacimiento en 1953.
En el acto, el segundo secretario de la Embajada cubana Liosvany Pérez hizo un recorrido por su vida y obra desde la niñez y resaltó su vocación humanista, patriótica, latinoamericana y antimperialista.
Cada frase martiana conmina a una reflexión, evidencia la observación dinámica de los fenómenos e indican el deber y la dignidad, señaló.
En sus reflexiones destacó que su ideario moral interactúa con el político y su modelo axiológico nace con el de Simón Bolívar, adscrito a una idea de lo latinoamericano y de su relación con lo universal.
Al resaltar la vocación patriótica del creador del Partido Revolucionario Cubano, destacó que Martí fue el primero en vislumbrar el peligro hegemonista de Estados Unidos respecto a nuestra América y en delinear una política unitaria para enfrentar esa expansión.
Recordó que el autor de Nuestra América arribó por primera vez a Costa Rica el 30 de junio de 1893, venía de Santo Domingo vía Haití y Jamaica, tras reunirse por segunda ocasión con el general Máximo Gómez, acordándose entre ambos planes políticos y militares de la revolución próxima a iniciarse.
Llegaba a Costa Rica con el objetivo de integrar al general Antonio Maceo en esos proyectos y de aquel encuentro en esta tierra Martí escribiría: “He vivido, desde que nos vimos, en una entrevista continua con usted. De la visita que le hice me traje una de las más puras emociones de mi vida».
Su segunda visita fue el 5 de junio de 1894, cuando arribó por Puerto Limón en compañía de Panchito Gómez Toro, el hijo del general Gómez.
El homenaje al autor de Versos sencillos, Abdala y Los zapatitos de rosas llegará además a la ciudad Orotina, en la central provincia de Alajuela, donde se encuentra su otro busto, y el Parque central lleva su nombre.
Costa Rica reverencia además al creador de La edad de oro con un centro escolar de la central provincia de Heredia y el Liceo de Puntarenas.
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