Por toda Francia se reportan bloqueos en reclamo de mejores condiciones de vida y de trabajo en los campos, acciones que llegaron por primera vez a la capital tras la convocatoria ayer de dirigentes de la Región Parisina de la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores de Francia (Fnsea) y de los Jóvenes Agricultores (JA).
En este contexto, genera preocupación el incendio que esta tarde afectó a un edificio público sede de una aseguradora agrícola en la sureña ciudad de Narbona, hecho ante el cual diversas voces alertaron sobre la importancia de no subordinar justas reivindicaciones a actos de violencia.
La expectativa ronda la visita del primer ministro Gabriel Attal al departamento de Alto Garona, desde donde anunciará un paquete inicial de medidas para tratar de calmar la cólera de los campesinos.
Los bajos salarios, el aumento de los precios del combustible para tractores, el impacto de la inflación y las normas europeas ambientales, consideradas muy severas, representan el núcleo de las denuncias de los agricultores, sin que esté claro si Attal responderá a todas ellas.
Por lo pronto, el presidente de la Fnsea, Arnaud Rousseau, anunció que el gremio responderá a los anuncios del primer ministro sobre las 20:00, hora local, después de consultar a sus bases.
Rousseau insistió en la necesidad de que la reacción del ejecutivo sea concreta y esté a la altura de las reivindicaciones, esgrimiendo que el movimiento mantendrá la movilización hasta que haga falta.
De visita en India, el presidente francés, Emmanuel Macron, descartó pronunciarse sobre la crisis, con el argumento de que la abordará en suelo galo.
A propósito del mandatario, las protestas con tractores llegaron hoy a su propiedad en la playa de Le Touquet.
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