El 2 de febrero de 1999 comenzaron transformaciones profundas que pusieron fin a la dependencia de los centros de poder del Norte, una conquista que generó ataques de Estados Unidos, que la asumió como una amenaza para sus intereses económicos y geoestratégicos, señaló el diplomático a Prensa Latina en esta capital.
En el contexto de una velada para conmemorar el cuarto de siglo de la Revolución Bolivariana y recordar a su líder Hugo Chávez (1954-2013), Gil pasó revista a algunas de las agresiones de Washington, entre las que citó golpes de Estado y petroleros, violencia e intentos de magnicidio.
A partir de 2017 y 2018, esos ataques tomaron la forma de sanciones y bloqueos con la industria petrolera entre los blancos principales, generando un daño económico sobre el 95 por ciento de las exportaciones venezolanas, abundó.
De acuerdo con el embajador, ante semejante agresión merece reconocimiento la resistencia del pueblo venezolano con el presidente Nicolás Maduro al frente, capaces de encontrar alternativas y soluciones para mantener la voz soberana e independiente del país y su Revolución.
Respecto a los retos a 25 años del arranque del proceso de transformaciones políticas, económicas y sociales, Gil subrayó el objetivo de profundizar en la independencia en todos los sectores, incluyendo el productivo y el tecnológico, en el difícil escenario que implican las cruzadas contra Caracas.
La apuesta, como fijó el comandante Chávez, es por la patria y por el pueblo, por un mundo multipolar y por la mirada al Sur, en lugar de la subordinación a los intereses estadounidenses, sentenció.
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