El vicetitular subrayó que la enseñanza cubana tiene antecedentes de larga data, donde sobresalen los escritos del Héroe Nacional, José Martí, y los aportes de ilustres pedagogos como Félix Varela, José de la Luz y Caballero y Enrique José Varona.
Durante su conferencia magistral, Perdomo destacó el pensamiento pedagógico del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, el cual promueve desde hace más de seis décadas un desarrollo ascendente en la educación de la nación caribeña.
«Fidel Castro concibió a la educación como uno de los ejes fundamentales en la estrategia orientada a la conquista de la soberanía, la justicia social y la necesaria lucha contra el subdesarrollo», sostuvo.
Recordó que tras el triunfo revolucionario en 1959 se desarrolló en la isla una campaña de alfabetización, la reforma universitaria y la fundación de los primeros centros de investigación científica.
Señaló que la pedagogía del líder histórico, fiel a su herencia martiana, se despliega en tres dimensiones principales: la eticidad del acto pedagógico, la virtud educativa del ejemplo y la educación en valores.
El viceprimer ministro hizo referencia a los retos que enfrenta la universidad cubana en la preparación de los jóvenes para que cumplan su rol en el desarrollo del país.
Detalló que esos desafíos están recogidos en la Política Integral de Niñez, Adolescencia y Juventudes, aprobada en julio del año pasado por la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), y que será la base de una nueva ley que se prevé presentar ante el órgano legislativo en diciembre de este año.
La política, precisó, se corresponde con la importancia que el Estado brinda a niñas, niños, adolescentes y jóvenes, a la vez que busca articular a todos los factores que intervienen en las condiciones de vida de estos grupos etarios, transversaliza sus derechos y concibe a las nuevas generaciones como actores estratégicos del desarrollo del país.
Explicó que algunos de los retos fundamentales que tienen las casas de altos estudios cubanas en el proceso de implementación de la Política incluyen ampliar las ofertas educativas en diferentes modalidades, incrementar el acceso al estudio y trabajo a jóvenes desvinculados, así como estimular el potencial científico-técnico de la juventud del país.
Perdomo aseveró que el objetivo supremo de la educación superior cubana y sus universidades es formar a jóvenes más preparados integralmente, más humanos y con un alto compromiso con la patria.
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