El fin de semana siempre se colma de mayores y mejores matices en cada fiesta de la literatura en Cuba, y un ejemplo de ello lo tiene una de las salas donde se comercializan libros para niños con iniciativas para colorear, volúmenes y elementos didácticos, además de los clásicos.
La vida real, de Miguel Barnet, Ensayos, de Dulce María Loynaz, Las siete maravillas de la ingeniería civil cubana, de Juan de las Cuevas Torayas, una edición antigua de Cuentos españoles o Personajes reales en Lugo, de Adolfo de Abel Vilela, son algunas de los volúmenes en venta y otros para, desde el sitio, disfrutar de sus lecturas.
Un taller de Ilustración de cuentos infantiles japoneses tiene lugar también en la Sala Dora Alonso de uno de los pabellones destinados a la feria para los lectores más ávidos, así como, lectura de Kamishibai (retablo de láminas de papel para contar historias infantiles).
La edición 32 de la Feria Internacional del Libro de La Habana, dedicada a Brasil, como país invitado de honor, destaca este año por la diversidad de textos para los más pequeños de la casa, entre los cuales sobresalen, juegos, rompecabezas y puzles.
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