En una comparecencia especial, el presidente Miguel Díaz-Canel llamó a enfrentar las provocaciones, al tiempo que calificó la presión en esos espacios como oportunista en el contexto de crisis económica y el repunte de casos de Covid-19.
En tanto, el canciller Bruno Rodríguez denunció la implicación de la guerra de información desde Estados Unidos contra el país para la promoción de una supuesta intervención humanitaria.
Al respecto emplazó a Washington a desmentir los vínculos de una compañía establecida en la Florida con la campaña SOS Cuba, que promueve el llamado a una acción con el uso de fuerza extranjera.
Dicha entidad, denunció el ministro, recibió hace pocos días un certificado del gobierno de la Florida para actuar con fondos estaduales.
Rodríguez exigió además una explicación de la red social Twitter por la multiplicación masiva de mensajes como parte de esta cruzada, recurso que viola las políticas de la plataforma para inundar la red.
‘Twitter no aplicó sus propias regulaciones aun cuando habían llamados al magnicidio y a la violencia’, añadió.
Entre otros hechos fabricados, las redes sirvieron para asegurar que la Base Naval de Guantánamo, territorio usurpado a Cuba, recibió flotillas de embarcaciones de combate a la espera de una orden de intervención.
Los mismos espacios divulgaron sin pudor en las últimas jornadas escenarios falsos de protestas en Cuba, desmentidos por medios locales y las propias autoridades.
El portal Cubadebate desestimó el uso de imágenes que intentaban mostrar una masiva respuesta contra la Revolución cuando en realidad se trataban de instantáneas de una celebración en Buenos Aires por el reciente triunfo en la Copa América y de las protestas en Egipto años atrás.
Al mismo tiempo, desde Twitter y Facebook se lanzaron llamados a un paro nacional sin respuesta en un país que inició su semana en normalidad.
Anuncios falsos de salidas ilegales con lanchas procedentes de Estados Unidos para buscar a cubanos interesados en abandonar el país e invasiones que esperan en los límites de las aguas territoriales también se sumaron al guion virtual para generar caos.
Sin embargo, las publicaciones esquivan el saqueo de instalaciones de comercio o los actos vandálicos contra carros patrullas de la policía, la víspera, como resultado de la convocatoria para incitar una revuelta, denunciada por el propio mandatario Díaz-Canel.
Asimismo evitan señalar al bloqueo de Estados Unidos como principal obstáculo para el desarrollo económico en la isla y el enfrentamiento a la pandemia, o el incumplimiento de los tratados migratorios vigentes con Cuba por parte de la nación norteña, como denunció el jefe de Estado.
Frente a estos intentos, gobiernos, organizaciones sociales, políticos y activistas reconocieron el impacto del cerco estadounidense, al tiempo que rechazaron cualquier tipo de interferencia en la nación caribeña.
Entre otros actores internacionales, la cancillería de Rusia, los presidentes de Bolivia, Luis Arce, y de México, Andrés Manuel López, así como el Gobierno de Nicaragua manifestaron su apoyo a La Habana.
‘Consideramos inaceptable la injerencia externa en los asuntos internos de un Estado soberano y cualquier otra acción destructiva que fomente la desestabilización de la situación en la isla’, advirtió la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
En tanto, el mandatario mexicano ofreció apoyo a La Habana y coincidió en que la mayor ayuda es levantar el bloqueo económico de Estados Unidos.
‘Quiero expresar mi solidaridad con el pueblo cubano, debe buscarse una salida mediante el diálogo sin el uso de la fuerza, sin la confrontación, sin la violencia y tienen que ser los cubanos los que decidan’, aseguró.
Cuba es un país libre independiente y soberano, no debe haber intervencionismo, ni utilizarse la situación de salud del pueblo con fines políticos, subrayó.
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