‘Como antes, de nuevo el pueblo cubano salió a preservar la defensa de su soberanía y contuvo la violencia, lo que permitió la rápida recuperación de la tranquilidad, valor sagrado en nuestra nación’, dijo el diplomático.
Aseguró que su país funciona normalmente, ‘el gobierno ejerce el control de sus instituciones y la intentona de desestabilización ha sido frustrada’.
Además, dijo, se recuperó la capacidad de generación energética, avanza la campaña de inmunización contra la Covid-19, con la vacuna cubana Abdala y se enfrentan todos los retos económicos y políticos con total ecuanimidad y decisión.
González advirtió también que nada hará claudicar al pueblo cubano ni que abandone sus aspiraciones de construir una sociedad socialista, próspera y sostenible y no habrá fuerza que consiga esclavizarlo ni retrotraerlo a la condición de neocolonia norteamericana.
Caracterizó los recientes disturbios como producto de la manipulación de un sector de la población, la confusión en algunos sectores incautos y desprevenidos, el egoísmo de espíritus reblandecidos, la barbarie del lumpen y los sofisticados laboratorios de las tecnologías de las infocomunicaciones.
Recordó el llamado memorando Mallory, que planteó privar a la isla de recursos para generar descontento social y el derrocamiento del gobierno revolucionario, en 1960, lineamientos aplicados en la reciente ofensiva ‘con el propósito perverso de facilitar el plan imperialista de intervenir en Cuba’.
‘Pero nadie podrá manipular ni reducir la dignidad de un pueblo, su espíritu de lucha, y su decisión de no renunciar a su soberanía’, aseveró.
En su alocución, el embajador González expresó su reconocimiento a la solidaridad del pueblo peruano y a la disciplina y el carácter pacífico del acto que, además de solidario, fue un desagravio por la ofensa a la embajada por un elemento anónimo que lanzó de madrugada pintura roja sobre la fachada de la sede.
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