Con 35 años de ejercicio del periodismo en el ámbito político internacional, Casari es reconocido en Italia por el rigor de sus análisis sobre América Latina y el Caribe, los cuales publica regularmente en el diario digital www.altrenotizie.org, que dirige desde 2006.
A su experiencia profesional en varios países de aquella región, el exjefe de la redacción internacional del diario Liberazione y autor del libro ‘Nicaragua, la última revolución’, añade el seguimiento de temas y situaciones a través de múltiples fuentes, lo cual le permite apreciar su evolución desde una perspectiva holística.
Los recientes disturbios en Cuba y la injerencia del actual gobierno estadounidense en los asuntos internos de la isla fueron temas abordados por él en diálogo con Prensa Latina.
Lo que está haciendo ahora Estados Unidos en Cuba nace de una idea muy equivocada al pensar que sin el liderazgo histórico de la Revolución, en particular Fidel y Raúl Castro, pueden reducir de alguna manera el nivel de fascinación del pueblo con su gobierno, indicó.
En ese sentido, llamó la atención sobre como la actual administración mantiene las 243 medidas decretadas por la anterior para reforzar el bloqueo económico, comercial y financiero, a la vez que aprovecha el impacto económico y social de la pandemia de Covid-19 para generar ansiedad y descontento en la población.
La intención –dijo- es fomentar y concretar la desestabilización permanente para lo cual cuenta, además, con un presupuesto nominal anual de 27 millones de dólares, aunque en realidad supera los 50, con gastos cada vez mayores en el empleo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, en particular las redes sociales.
En el montaje de ese escenario distorsionado sobre Cuba participa el aparato mediático subordinado a Estados Unidos y sus aliados a través del cual controlan el 91 por ciento de todo lo que se lee, escucha y ve en el mundo, apuntó.
En su opinión, el objetivo de los desórdenes de los últimos días fue calentar la calle, en correspondencia con la teoría del golpe suave diseñada por Gene Sharp, para provocar una sublevación que finalmente no ocurrió.
Calentamiento de la calle, financiamiento de entes y organismos, propagación de rumores sobre violaciones de derechos humanos, estadísticas falsas sobre muertos, accidentados, heridos y manifestaciones, forman parte del entramado comunicacional construido sobre plataformas digitales también manipuladas.
Es una indecencia sin límites en la cual recurren a la mentira para diseñar una realidad imaginaria difundida internacionalmente para hacer creer que en Cuba hay una situación de ingobernabilidad que justifica una intervención humanitaria, la cual significa simplemente una invasión militar, subrayó Casari.
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