El anciano, nacido en 1947 en la provincia de Camagüey, refirió que, en las inmediaciones de su centro laboral, ubicado en la barriada capitalina de Centro Habana, primero vio a un grupo de personas bajar por la calle Trocadero y formar una concentración bastante numerosa.
‘Nadie me movilizó, cuando supe de lo sucedido vine a defender mi espacio laboral. No creo que estuvieran en son de paz, su actitud era beligerante y agresiva. Nosotros sólo teníamos banderas y consignas revolucionarias y salimos con el mismo derecho a estar en las calles y defender la Revolución’, explicó.
Arredondo es uno de los responsables de la seguridad y protección de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en la provincia La Habana, capital del país con el índice más bajo de criminalidad de las Américas, según un informe difundido en julio de 2020 por la plataforma y base de datos mundial Numbeo.
‘A su paso nos vociferaban Únanse, arriba únanse, que hasta aquí llegó el comunismo. Nosotros les respondimos con Patria o Muerte, Viva la Revolución, Viva nuestro presidente. Todo el mundo tiene derecho a pensar como quiera, pero bajo el respeto y la integridad de los demás’, comunicó.
A los gritos de ¡Abajo el comunismo!,¡Patria y Vida! y calificativos denigrantes contra el primer mandatario Miguel Díaz-Canel, decidieron salir de la sede de la CTC. Guido recordó entonces que el denominado Maleconazo, el 5 de agosto de 1994, fue mucho menos violento y vandálico que los sucesos del pasado día 11.
Aquel verano, hace ya 27 años, la economía del país estaba en crisis y, como ahora, escaseaba la comida, medicinas, combustible y la nación caribeña experimentaba prolongados apagones, también ocurrieron, similar a los disturbios del domingo, hechos delictivos vinculados al destrozo y saqueo de tiendas.
Hoy, la mayor de las Antillas experimenta su mayor pico de la pandemia—al cierre del viernes 16 de julio el país reportó 6062 nuevos casos y 52 fallecidos—, sumado a ello, el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos impide el propio enfrentamiento a la Covid-19.
‘La Revolución es como un padre honrado, no le puede dar a sus hijos lo que no tiene. No existe familia cubana que no esté afectada por esa política unilateral de manera directa o indirecta. Es como si te amarraran y te dijeran defiéndete o como a alguien al que le peguen tres tiros y luego le den una aspirina’, señaló Guido.
El también juez lego argumentó que los protagonistas de aquellos actos de desestabilización social transgredieron las leyes de cualquier país con sus actitudes vandálicas y, a su juicio, Cuba posee muchos espacios para expresar problemáticas e inquietudes.
‘Yo soy hijo de campesinos pobres y nací en un bohío donde no había ni electricidad. Uno de mis hermanos combatió en el Ejército Rebelde, tengo un compromiso y una deuda con su memoria. Tenemos trabajo, educación y salud, entonces eso hay que defenderlo’, concluyó.
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