Tres jóvenes representantes de la isla se sumaron a un coro compuesto también por 300 menores del país anfitrión, Colombia, México, Pakistán, Zimbabwe y de otras nacionalidades que interpretaron en inglés el icónico tema We are The World y además en mandarín Embrace The Future.
Esa última canción es parte de las composiciones que acompañan los preparativos de la cita, a celebrarse del 4 al 20 de febrero de 2022.
Organizadores de la actividad se propusieron con su realización reforzar los intercambios culturales y el conocimiento mutuo entre las nuevas generaciones de China y otros países del planeta.
En febrero de 2018 Beijing asumió el relevo en el ciclo deportivo y el espectáculo ofrecido en el traspaso, fue un preludio de lo que se plantea para dejar su legado como la única urbe del planeta en albergar ambas variantes del certamen internacional.
La capital china, su distrito periférico de Yanqing y la vecina ciudad de Zhangjiakou, todos en el norte, acogerán las competencias en 26 instalaciones que se levantaron bajo el concepto de ‘modernidad, innovación y sostenibilidad’.
Según el país retomó la normalidad en 2020, su principal metrópoli aceleró los trabajos y cumplió una a una las etapas acordadas en el calendario.
Aparte de la infraestructura, el Comité Organizador reveló los 30 pictogramas de la cita y recibió las solicitudes de casi un millón de aspirantes nacionales y extranjeros a integrar la nómina de 27 mil voluntarios en los juegos. El certamen genera expectativas bien altas y el presidente Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, mantiene una evaluación satisfactoria sobre los preparativos, el entrenamiento de atletas y el vínculo con estilos de vida más saludables en la población.
Pero potencias como Estados Unidos y Canadá promueven un boicot internacional contra los juegos, bajo el argumento de que China cometió un supuesto genocidio y estableció campos de reeducación en la región autónoma uigur de Xinjiang, con fuerte presencia de musulmanes.
El gigante asiático negó en reiteradas ocasiones esas acusaciones y auguró el fracaso de una campaña dirigida a politizar las competencias.
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