Salí a ganar la pelea. Me sentí en buenas condiciones física y sicológica, afirmó el tres veces monarca mundial en Bakú 2011, Almaty 2013 y Doha 2015, en la zona mixta de la Arena Kokugikan, sede del concurso.
Fajador de los 57 kilogramos, Álvarez mostró correctos desplazamientos sobre el ensogado, velocidad en el golpeo y precisión en la mayoría de las acciones ofensivas, lo cual llevó al árbitro a detener el combate en el segundo round y decretar el RSC-I que quedará en los libros.
Mi rival no es un mal fajador. Gusta de ir al ataque, por eso trabajé con inteligencia, señaló sobre un oponente que sufrió una herida en el rostro motivada por sus constantes jabs y swinnes .
Capaz de navegar en aguas turbulentas en el pasado, el antillano aterrizó en Japón con un único objetivo: dominar la división en el llamado arte de Fistiana, luego de los terceros lugares en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.
Toca advertir que no reniega esas preseas bronceadas, es más, atesora los premios en una zona privilegiada en su espacio de reliquias en la isla caribeña, pero la inconformidad resulta su primer sentimiento cuando las lides de los cinco aros surgen como tema de conversación.
Quiero sacarme esas espinitas, dijo a Prensa Latina -hace unos días- el igual triple rey panamericano en Guadalajara 2011, Toronto 2015 y Lima 2019, quien aseguró sentirse listo para cumplir sus designios en esta capital.
A la espera del combate de Arlen López (75), el boxeo cubano sigue invicto, pues la víspera salieron airosos Roniel Iglesias (69) y Julio César la Cruz (91), mientras pronto saldrán a escena Yosvani Veitía (52), Andy Cruz (63) y el novel Danier Peró (más de 91).
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