Echevarría, de 22 años, respiró profundo, tomó la carrera de impulso, pisó la tabla sin dejar casi margen con la plastilina y ‘voló’ hasta lograr su mejor resultado de la temporada para anotarse en la final de la especialidad.
‘Esto es una guerra y vamos a dar pelea’, dijo al pasar por la zona mixta del Estadio Olímpico antes de advertir: ‘Me siento en excelentes condiciones. Salió una súper marca. Todo está saliendo bastante bien y esperamos que continúe así’.
Desde el punto de vista táctico, el medallista de bronce mundial en Doha 2019 detalló que el ritmo de la carrera fue pensando en un 8.20 u 8.30 y que no trabajó a ciento por ciento de sus posibilidades.
También afirmó que extraña el bullicio en los graderíos, ‘porque me gusta el espectáculo y es complicado competir sin personas’; empero, reconoció que ‘no existen otras opciones y mi concentración está en descansar y preparar la final’.
Rey universal bajo techo en Birmingham 2018, el caribeño posee una marca personal de 8.68 y es considerado el hombre indicado para romper la barrera de los nueve metros, según exponen los especialistas luego de analizar sus capacidades físicas y técnicas.
Por cosas de la vida, fue también en Tokio, en el mundial de 1991, donde el estadounidense Mike Powell logró el brinco de 8,95 metros que todavía constituye lo mejor de la historia, a pesar del paso de los años.
Antes de la actuación de hoy, Echevarría tenía como lo principal de la campaña los 8,38 metros realizados el 29 de junio en Castellón, España, pero ahora –sin dudas- parece dispuesto a grandes cosas en la ‘guerra’ pactada para el próximo lunes, en horas de la mañana de Japón.
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