La dupla de Serguey Torres, de 32 años, y Fernando Dayán Jorge (22) emuló sobre el agua al mismísimo Usain Bolt y protagonizó un cierre -cuando menos- espectacular para darle a la isla su primer título en esta disciplina y el tercero en la actual lid bajo la silueta de los cinco aros.
Al borde de un retiro que dilató a la espera de los Juegos, Torres no dejó que ningún fantasma lo perturbara en las aguas del Sea Forest Waterway y -áal fin!- fue ‘el hombre más feliz del planeta’.
Tal vez por la rutina, se robó la arrancada ante los medios de prensa: La estrategia era hacer nuestra regata. Sabíamos que tenemos una buena segunda mitad y podíamos ganar. Buscamos mantenernos en el grupo y atacar en el momento adecuado, explicó.
Torres, además, se sentía seguro de que era el día: Estábamos bien entrenados y claros que el que mejor remara en los últimos metros iba a ganar; y esos fuimos nosotros, apuntó mientras su compañero escuchaba atento cada una de sus frases. En Sídney 2000, en dos ocasiones, y Atenas 2004, en finales cerradas en extremo, Cuba desperdició oportunidades de reinados, aunque esos segundos puestos abrieron un camino que estuvo clausurado en Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.
Leobaldo Pereira, Ibrahim Rojas y Ledis Frank Balceiro colocaron al país en el mapamundi de este nivel y un hecho tan simbólico no pasó desapercibido. ‘Debemos estar orgullosos de nuestra historia’, dijo el más joven, Jorge.
‘No podríamos estar parados aquí si no hubieran existido ellos. Me siento feliz de esta medalla de oro, porque sé que ellos también lucharon por conseguirla’, añadió quien se alista para las eliminatorias en el C1.
Sin dudas, el metal dorado es un reconocimiento a la perseverancia individual y colectiva, sin obviar la unión que existe entre estos campeones. ‘Somos un familia’, mencionó Torres, multimedallista el lides universales.
‘Lo principal es que entre los dos somos uno’, agregó. ‘Quienes conocen detalles de mi carrera saben que he tenido tropiezos, y lo principal es levantarse, rodearse de personas en las que puedas confiar, como Fernando’.
Así, entre una ola de júbilo, estos cubanos consiguieron el mejor desempeño de la historia y devolvieron a la nación antillana al podio olímpico luego de 17 años de ausencia, a pesar de los anhelos y el talento existentes.
Al final, en Tokio 2020, la dupla caribeña marcó tiempo de 3:24.995 minutos, seguida por los chinos Liu Hao y Pengfei Zheng (3:25.198) y los alemanes Sebastian Brendel y Tim Hecker (3:25.615).
yas/jdg