Al menos un oro, plata o bronce consiguieron en suelo japonés 93 naciones, cuando cinco años atrás quedaron 86 (85 en Londres 2012 y 87 en Beijing 2008), lo cual evidencia un favorable aumento al tiempo de entradas y salidas de un periodo a otro.
Esta vez celebraron junto al premio de sus atletas, no así en Río 2016, Ecuador, Bermudas, San Marino, Macedonia del Norte, Letonia, Kirguistán, Tukmenistán, Moldavia, Jordania, Siria, Kuwait, Ghana, Uganda, Namibia, Costa de Marfil, Bostwana, Burkina Faso y Hong Kong.
La tristeza se estampó, por otra parte, en los rostros de quienes durante la justa pasada saltaron de satisfacción en Trinidad y Tobago, Dinamarca, Tayiquistán, Emiratos Árabes Unidos, Argelia, Burundi, Viet Nam o China Taipei.
Los números desde Sidney 2000 reflejan que alrededor del 60 por ciento de las delegaciones en Juegos Olímpicos (en la capital nipona participaron 204) terminaron sin saborear el dulce instante de la subida a un podio.
Analistas del tema han señalado esta brecha: los mismos protagonistas, las potencias que suelen dominar, los norteamericanos y europeos claramente por sobre los africanos, entre otros, así como las desiguales condiciones de entrenamiento.
Sin embargo, los análisis de la tabla de posiciones casi siempre se enfocan hacia las preseas, como ahora en los casos de China, Japón, Rusia, Australia e Italia, de los del top ten, que crecieron en oros en relación con la lid multideportiva pasada.
El gigante asiático animó el torneo al encabezar el medallero desde el comienzo hasta este día conclusivo y muchos aseguraban incluso su asalto a la cima como en Beijing 2008, por delante de Estados Unidos.
Los 405 deportistas chinos en 30 deportes sumaron 38 títulos, 32 platas y 18 bronces y pasaron en 12 metales áureos los de Brasil, mientras los siempre favoritos de Norteamérica disminuyeron ahora en siete, aunque lograron retener la punta (39-40-33).
Los anfitriones, amparados en sólidas actuaciones del judo, lucha, natación, béisbol, softbol, skateboarding, anclaron en la tercera posición gracias a sus 27-14-17 y a que se colgaron 15 veces más una medalla dorada a la cosecha previa de ese color.
Los representantes del Comité Olímpico de Rusia (20-27-23) registraron un título por encima de los de Río 2016, mientras los australianos con 17-7-22 lograron otros nueve oros e Italia dos con 10-10-20.
Del 11 al 20 Canadá, Nueva Zelanda, Cuba, Polonia, República Checa y Noruega consiguieron superiores desempeños, además de 33 países que acabaron con números positivos. En cambio, menos de la mitad cumplió con sus previsiones del total con preseas.
Cuba, puntualmente, rindió su mejor actuación de los últimos 13 años (siete-tres-cinco), al sobrepasar los resultados de Beijing 2008 (tres-10-16), Londres 2012 (cinco-tres-siete) y Río de Janeiro 2016 (cinco-dos-cuatro).
Así, se ratificó como la segunda (85-71-88) con mayor cantidad de lauros de todo el continente americano en la historia, detrás de Estados Unidos, y líder entre todas las naciones hispanohablantes.
De los participantes en la capital nipona, por la región latinoamericana y caribeña Ecuador, Bahamas, Venezuela, Bermudas y República Dominicana rindieron faenas encomiables.
Brasil (7-6-8) emparejó en oros y platas su presentación de local, pero bajó dos bronces, mientras Jamaica quedó por detrás de su realización de hace cinco años tal cual Colombia, Argentina y México.
Puerto Rico también igualó la actuación de Río 2016 y Costa Rica, Bolivia, El Salvador, entre otros, no llegaron al podio, lo que les obligará a revisar las estrategias y trazar acciones para un posible avance futuro.
El análisis permite ver asimimo los países que brillan de forma espectacular en algunos deportes y hay nuevas cuestiones para proyectar ya París 2024.
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