Durante la exhibición en la Biblioteca Nacional José Martí, sus realizadores valoraron el extraordinario acervo fílmico que respalda la vasta producción documental de los Estudios Mundo Latino dedicada al Comandante en Jefe.
El material, dirigido por el realizador
, retoma las intervenciones espontáneas y anécdotas ofrecidas en diferentes momentos por figuras del arte, la comunicación, la ciencia y la cultura en el país.
Varias personalidades de la talla los intelectuales argentinos, Atilio Borón y Stella Calloni y el español Ignacio Ramonet, significaron la vigencia de Fidel en Latinoamérica y su fuerza inspiradora para las personas progresistas del mundo.
Por su parte Calloni, calificó al mandatario como ‘el profeta del amanecer’, frase que da nombra al documental donde aparece en imágenes junto a su pueblo en los momentos más álgidos de la nación, entre estos, el sepelio a las víctimas del terrorismo en Barbados o la crisis económica durante el denominado Período Especial.
Destaca las opiniones del presidente de la Casa de las Américas, Abel Prieto, quien reseñó la lucha del dirigente por una política cultural inclusiva, quien rompió los tabúes y prejuicios establecidos antes de 1959 y masificó el acceso a la cultura.
Otros reconocidos artistas de la isla como los pintores Diana Balboa y Nelson Domínguez, Premio Nacional de Artes Plásticas, y el cantautor Amaury Pérez compartieron a través del lente sus vivencias y admiración por el líder cubano.
Su paso por la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, fundada por el cineasta Fernando Birri y su estrecho vínculo con embajadores de la cultura cubana, entre ellos, la prima ballerina assoluta, Alicia Alonso y el trovador Compay Segundo quedaron inmortalizados en el documental.
El material dedica multiples secuencias a la visión futura del Comandante sobre fenómenos puntuales como los medios de comunicación y su rol decisivo en la concepción de la industria biotecnológica cubana en las palabras de los doctores en ciencias, Agustín Lage e Ismael Clark, la periodista Rosa Miriam Elizalde y la psicóloga Patricia Ares.
Por último, la obra finaliza con el tributo póstumo del pueblo a quien fuese el conductor del proceso revolucionario desde 1959, cuyo legado, ética y ejemplo humanista siguen las futuras generaciones de cubanos.
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