Fidel Castro viajó a la India a ceder la presidencia del Mnoal de Cuba, que acogió la reunión de 1979, apuntó una crónica del intelectual marxista Vijay Prashad que reflejaron las publicaciones Peoples Dispatch y News Click.
En el aeropuerto de Delhi fue recibido por la primera ministra de la India, Indira Gandhi, a la que llamó hermana.
El líder revolucionario cubano mantuvo unidos a los 101 países que se reunieron bajo un liderazgo nuevo, acotó Prashad.
El indio Jawaharlal Nehru, el egipcio Gamal Abdel Nasser, el indonesio Sukarno y el yugoslavo Josip Broz Tito -fundadores del Mnoal en 1961- no estaban presentes y los nuevos nombres eran los de Indira Gandhi y Fidel Castro, y líderes revolucionarios como el granadino Maurice Bishop y el nicaragüense Daniel Ortega.
El contexto era nefasto: México se declaró en bancarrota en 1982 debido a la creciente crisis de la deuda del Tercer Mundo, con 21 países presentes en la sala afligidos por las dificultades de pago.
La deuda total ascendía a cerca de un billón de dólares, y la mayor parte se debía a bancos privados. La mayoría de los países presentes en la sala enfrentaban graves problemas de impago.
El Fondo Monetario Internacional les pidió entrar en un Programa de Ajuste Estructural que significaba subordinar su propia estrategia de desarrollo nacional a los intereses de los bancos y los tenedores de bonos. La catástrofe era evidente.
Fidel Castro utilizó la reunión del Mnoal y otra cita sobre la deuda celebrada en La Habana en 1985 para instar al Tercer Mundo a realizar una huelga de la deuda y aunque no se aceptó su idea, la comisión económica presidida por Nicaragua elaboró una declaración contundente sobre la asfixia financiera.
Era necesario un nuevo sistema monetario internacional para poner fin al dominio de ciertas monedas de reserva, garantizar a los países en desarrollo un papel en la toma de decisiones, asegurando al mismo tiempo la disciplina monetaria y financiera en los países desarrollados y un trato preferencial para los países en desarrollo.
El objetivo era reavivar el debate sobre el Nuevo Orden Económico Internacional aprobado por la Asamblea General de la ONU en 1974.
Prashad recordó los 1,90 metros de estatura de Fidel Castro navegando por los pasillos, hablando con los delegados, instándoles a centrar la atención en la asfixia financiera de los pueblos.
Fidel señaló al Tercer Mundo su misión de defender los derechos de la mayor parte de la humanidad contra el casino del capitalismo y las armas del imperialismo y centró la atención de todos en el gran exceso de deuda, que se utiliza para privar de los recursos necesarios a los proyectos de liberación nacional.
En la reunión de La Habana en 1985 movilizó todas las herramientas de su enorme gama retórica para hacer un punto clave: la deuda no puede ser atendida, y no puede ser pagada.
‘Me culpan por decir que la deuda no se puede pagar. Deberían culpar a Pitágoras, Euclides, Arquímedes, Pascal (o Lobachevski), o cualquier matemático antiguo, actual o moderno que prefieran. Las matemáticas y las teorías de los matemáticos demuestran que la deuda no se puede pagar’, afirmó Fidel Castro.
Y la deuda externa sigue impagable y durante la actual pandemia 64 países gastaron más en el pago de su servicio que en sanidad.
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