Esos movimientos telúricos, percibidos fundamentalmente en esta provincia y la vecina de Guantánamo, tuvieron magnitudes desde 4.2 hasta 6.0 y mantuvieron agitada a esta geografía oriental, donde el temblor de la mañana del sábado en la cercana isla caribeña se sintió con fuerza.
Los especialistas del Servicio Sismológico Nacional y de su red de estaciones, distribuidas por el país, mantienen una estrecha vigilancia sobre estos fenómenos y reportaron también una sacudida de magnitud 6.9 en Alaska.
El doctor Enrique Arango, vicedirector técnico del Cenais, aclaró en su página de Facebook que la perceptibilidad inicial se correspondió con el impacto del sismo ocurrido en Haití, extendido hasta territorio cubano, algo que las personas tienden a considerar réplicas cuando no lo fueron.
Indicó que ese proceso puede durar semanas y en correspondencia con la magnitud de los remezones en áreas vecinas al epicentro del evento principal serán sentidas o no por la población de ambas demarcaciones orientales.
Como parte del seguimiento a esta circunstancia, el viceprimer ministro de Cuba, Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés, visitó la sede de la institución, donde fue actualizado por sus autoridades y expertos.
La mañana de domingo transcurre tranquila en el Oriente cubano, donde sobrecogen las imágenes dramáticas de los daños humanos y materiales causados por el temblor en la cercana isla caribeña.
ga/mca