En entrevista publicada por el portal Cubadebate, el gerente general de esa entidad, Yamil Hernández afirmó que es falso que el gobierno cubano o las fuerzas armadas se apropiaran de un 20 o 40 por ciento del dinero remesado a Cuba desde Estados Unidos, lo cual políticos de ese país repiten sin parar.
Insistió en que los montos enviados no eran objeto de gravamen alguno al ingresar a Cuba y el destinatario recibe total e íntegramente la cantidad remitida.
Hernández remarcó que Fincimex es una empresa comercial como muchas que existen en Cuba, reconocida y respetada en la industria de remesas internacionales, la cual mantiene relaciones con importantes entidades financieras de varios países y brinda ese servicio con el dinero enviado desde diversas partes del mundo.
Sus resultados son públicos de acuerdo con lo dispuesto en Cuba para las sociedades anónimas y el Registro Mercantil, precisó.
Recordó que en octubre de 2020, el gobierno estadounidense prohibió las relaciones de la compañía Western Union con las instituciones cubanas encargadas de tramitar las remesas, específicamente Fincimex.
Con esa acción puso fin de manera unilateral al flujo a de remesas por canales regulares e institucionales, con lo cual el gobierno de Donald Trump dio continuidad así a una política dirigida a penalizar el nivel de vida de la población cubana sobre la base de pretextos totalmente infundados y reiterados sin escrúpulo alguno, acotó.
El funcionario aclaró que Western Union enviaba las remesas a Cuba, mediante un esquema que cobraba en Estados Unidos al emisor cinco dólares por cada 100 remitidos a la isla como comisión comercial, al tiempo que le pagaba a Fincimex un dólar por cada 100 remesados, un pago por concepto de servicios prestados que es una práctica común en esa industria.
También desestimó que Fincimex sea una es una entidad militar, ni ninguno de sus trabajadores, por lo cual es falso su pertenecencia a las fuerzas armadas en tanto sus ingresos forman parte de los recursos generales del país y se destinan tanto al sostenimiento y funcionamiento de la propia empresa -incluyendo su infraestructura tecnológica- como a aportes al presupuesto nacional y la economía en su conjunto.
Hernández comentó acerca de quienes en Estados Unidos proponen enviar las remesas sin participación del gobierno cubano y, en particular, de Fincimex, operaciones dispuestas y organizadas por cada país en su territorio nacional conforme mejor determine, cumpliendo con sus propias leyes y con normativas internacionales.
‘Se trata de una prerrogativa soberana. Estados Unidos no puede dictarle eso a ningún país. Pretenderlo es una violación del Derecho Internacional’.
En relación con las consecuencias de la interrupción de esos envíos por los canales formales e institucionales anotó el aumento de la dificultad y los costos para recibirlas, lo cual impacta negativamente en el nivel de vida de los receptores y en los bolsillos de quienes las envían, pues ahora se hacen hasta por mas de 30 dólares por cada 100 enviados a Cuba y mediante vías irregulares.
Otra secuela es el incremento de las transferencias incontroladas de divisas desde Estados Unidos a Cuba, algo que nunca es positivo y va en contra de lo que la comunidad internacional intenta organizar y regular.
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