En las actuales circunstancias el sector concentró sus fuerzas en programas priorizados con mayor impacto social y económico, como el turismo, la seguridad alimentaria, las fuentes renovables de energía, la hidráulica, la salud, y la industria biofarmacéutica y biotecnológica, según dijo al periódico Granma el titular.
Algunas de las obras en las que se trabaja son las fábricas de cemento en Santiago de Cuba (oriente) y Nuevitas, Camagüey (centro); así como la reconversión tecnológica en la empresa Antillana de Acero, entidades vitales para avanzar en otros proyectos, debido a su implicación en la producción de materiales para la construcción.
Mesa resaltó además las labores relacionadas con la soberanía alimentaria y en especial el programa arrocero, donde el pasado año concluyeron cuatro plantas de secado y actualmente trabajan en la terminación del montaje tecnológico de 14.
La construcción de estanques para el desarrollo de la acuicultura en diversos territorios del país, la recuperación de silos para almacenar alimentos y la remodelación de las instalaciones de la entidad de Ciencia, Tecnología e Innovación Sierra Maestra, son otras acciones emprendidas en medio de difíciles circunstancias.
El ministro comentó que la pandemia de Covid-19 obligó a asumir de manera urgente la reparación y recuperación de las infraestructuras de centros hospitalarios, y de otros lugares que han sido necesarios por la demanda de capacidades de aislamientos para los pacientes sospechosos y contactos directos de enfermos.
Solo en 2020 se realizaron acciones constructivas en 20 hospitales, en tanto garantizaron 15 mil 118 capacidades para aislamiento, añadió.
El sector de la construcción en Cuba cuenta con alrededor de 260 mil trabajadores, de los cuales cerca de 52 mil están vinculados a formas de gestión no estatal, sin embargo, tras la implementación del ordenamiento económico en el país, se observó una tendencia a buscar empleo en las entidades estatales, precisó el titular.
rgh/kmg
