En declaraciones a Prensa Latina, Sonia González, jefa de la Atención Primaria de la Salud Pública en Camagüey se refirió a los más de 205 mil personas con la tercera dosis del medicamento en la capital provincial.
‘De ellos no hemos tenido que reportar ningún fallecimiento, aunque ya sabemos que ninguna vacuna es del todo efectiva, menos con las nuevas cepas del virus del SARS-CoV-2’, sentenció la investigadora.
La especialista también hizo énfasis en el ensayo clínico pediátrico, proyecto Ismaelillo, que comenzó en este territorio al este del país a mediados del mes de julio con la aplicación de Abdala (92,28 por ciento de eficacia) a cuatro grupos de menores entre tres y 18 años.
Los resultados finales estarán en el mes de octubre tras 56 días de haber aplicado la última parte del medicamento.
‘Con Ismaelillo va bien, estamos contentos pues la herencia del tratamiento se está cumpliendo, ello quiere decir que no se ha retirado ningún niño del ensayo, con el consentimiento de los padres, así que el proceso transitó con muy pocos efectos adversos más allá de ligeras fiebres en algunos casos’, expresó González.
Para la jefa del programa de inmunización ante el SARS-CoV-2 en Camagüey, Alina Tejeda, ‘el primer grupo de niños vacunados mostró que Abdala es muy inocua, reacciones adversas mínimas, independientemente de alguna que otra soñolencia, entonces transcurrió de la forma esperada por los científicos’.
Tanto la intervención sanitaria que comenzó el 28 de junio en Camagüey, como el proyecto Ismaelillo demostraron que ‘tratamos con una vacuna de alta tecnología, un proceso costoso y de altos estándares de producción’, concluyó Tejeda.
En Camagüey, la provincia más extensa de Cuba, el Ministerio de Salud Pública espera llegar con Abdala antes de finales de año al 94 por ciento de la población, con prioridad para grupos vulnerables.
Además, la comunidad científica antillana trabaja para la elaboración de nuevos medicamentos para reforzar los efectos del mencionado fármaco preventivo.
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