El juicio que comenzó este miércoles en el tribunal superior civil de Escocia busca hacer que los jueces le ordenen a Londres revocar los permisos otorgados a BP en 2018 para operar el campo de Vorlich, a unos 240 kilometros al noreste de la ciudad escocesa de Aberdeen.
Los abogados de Greenpeace UK argumentan que el gobierno británico incumplió con el proceso que lo obliga a evaluar el impacto medioambiental de los nuevos pozos antes de conceder la autorización.
Según los ambientalistas, hasta el momento solo se tienen en cuenta las emisiones derivadas de la producción petrolera, y no las provocadas por la quema del crudo extraído.
Al respecto, Greenpeace afirmó que las emisiones procedentes del campo de Vorlich, con una producción estimada en 30 millones de barriles, equivaldrían a las generadas por tres plantas de carbón durante un año.
El resultado del juicio, primero en que se intenta revertir una licencia de explotación petrolera en alta mar, podría influir también en la decisión que deberá tomar Londres sobre los nuevos pozos que BP pretende perforar en Cambo, una zona ubicada frente a las islas escocesas de Shetland.
El sector gasífero y petrolero argumenta que es necesario invertir en nuevos proyectos petrolíferos para garantizar los suministros mientras el país hace la transición hacia fuentes de energía renovables, pero los ambientalistas consideran que la decisión es incompatible con los acuerdos de París para frenar el cambio climático.
El Reino Unido, que acogerá en noviembre próximo la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP26, también se comprometió a reducir a cero para 2050 sus emisiones de carbono causantes del llamado efecto invernadero.
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