Mahaseneh se refirió a un canal propuesto desde hace mucho tiempo desde el mar Rojo hasta el mar Muerto, luego de lo cual plantas desalinizadoras cubrirían las crecientes demandas de la población.
‘Nuestro destino podría estar en riesgo si continuamos así y habría emigraciones, inestabilidad socioeconómica y política y escenarios oscuros’, agregó en declaraciones citadas por la agencia local Petra.
Si bien el cambio climático trajo este año un clima más seco a Medio Oriente, el reino hachemita vive una situación peor que sus vecinos.
‘Las precipitaciones no superaron 60 por ciento del promedio’, aseveró Omar Salameh, del Ministerio jordano del Agua, Omar Salameh.
Y mientras, la demanda aumenta, en tanto que en los últimos 20 años se duplicó la cantidad de residentes por oleadas de refugiados, incluidos más de un millón de sirios.
La proporción de consumo de agua por persona al año disminuyó de tres mil 400 a 80 metros cúbicos desde principios de siglo a la fecha, según cifras oficiales.
Salameh adelanta que los suministros disponibles son solo suficientes para tres de los 10 millones de habitantes de Jordania.
Con los acuíferos sobrexplotados y mermados los flujos del río Jordán-Yarmouk por desviaciones curso arriba en Israel y Siria, los agricultores del valle del Jordán, el granero del país, también están sintiendo la presión.
‘Por la escasez no podemos cultivar desde el verano boreal como solemos hacer’, comentó Jehad Tawalbeh, un agricultor que heredó una granja de su padre.
La agricultura consume casi 60 por ciento de los suministros, aunque los problemas los agudiza la corrupción y la mala planificación, con estimados de 50 por ciento de pérdidas por robo y fugas en tuberías.
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